Durante 30 años movió los hilos de la mayor organización criminal dedicada al narcotráfico y anduvo a salta de mata. El Chapo Guzmán sabía que, aun estando preso en México, tenía posibilidades de tener un trato distinto y con privilegios.
Estuvo dos veces en penales de máxima seguridad, de ambos escapó.
El tiempo de su reclusión en México tuvo contacto cotidiano con sus abogados y su gente hasta con distintas mujeres. Fue hasta la segunda etapa de reclusión en El Altiplano en Almoloya que sus condiciones carcelarias fueron mucho más rigurosas. Se decía que El Chapo siempre caía parado y que tenía muchas vidas.
Desde que fue extraditado a Estados Unidos parece que esa suerte ha llegado a su fin.
Las condiciones de su encierro son terribles, sobre todo desde el año pasado que fue declarado culpable por el juez Brian Cogan, en la corte de Nueva York, condenado a cadena perpetua por narcotráfico, más 30 años de prisión por violencia con armas y 20 por blanqueo de dinero.
Ante el riesgo de que El Chapo escape nuevamente de prisión, las autoridades estadounidenses lo trasladaron al penal de máxima seguridad ADX de Florence, en Colorado, a las afueras de Denver, donde han dicho pasará el resto de sus días.
Pero El Chapo y sus abogados no se dan por vencidos, ya no tienen nada que perder.
El viernes pasado su defensa apeló la condena y la sentencia a cadena perpetua.
La apelación, de 245 páginas, fue presentada por sus abogados antes de la medianoche ante la corte de apelaciones del segundo circuito de Nueva York y da inicio a un trámite "que puede durar de dos a cinco años", dijo a AFP la abogada del Chapo, Mariel Colón Miró.
"El juicio del Chapo Guzmán fue empañado por un exceso desenfrenado y por la extralimitación de poderes tanto del Gobierno como del sistema judicial", dijo Marc Fernich, abogado del Chapo que lidera la apelación, en el documento.
"Estamos muy optimistas de que algo positivo saldrá de esto", indicó Colón, que espera que la apelación sea aceptada y que el Chapo tenga un nuevo juicio.
El Chapo, que cumple su pena en la prisión ADX Florence, situada en medio del desierto montañoso de Colorado y considerada la más segura del país, participó telefónicamente en la preparación del documento "y está muy optimista", aseguró su defensa.
Colón precisó que uno de los principales argumentos de la apelación es que el juicio debe ser anulado ya que los miembros del jurado recibieron información de El Chapo en diversos medios de información. Y es que quién no ha escuchado hablar de Guzmán Loera, el líder histórico del Cártel de Sinaloa.
A un año de la sentencia
Otro argumento es que el aislamiento total de El Chapo desde su extradición a Estados Unidos en enero de 2017 le impidió colaborar en su defensa antes y durante el juicio.
Y es que los abogados dicen que las medidas de confinamiento total a las que estuvo sometido su cliente, aun cuando no había recibido sentencia, violaron la 5ª y 6ª enmienda, que garantizan un debido proceso en la Constitución estadounidense.
Colón ha visto varias veces a su cliente en la cárcel de Colorado, la última vez en marzo, pero desde entonces, por la pandemia de coronavirus, no se permiten visitas.
Ya antes de la pandemia, las visitas estaban restringidas; en esa prisión se permiten cinco al mes; sin embargo, Guzmán Loera parece que nunca volverá a tener contacto humano directo con ninguna de sus visitas. Nunca podrá volver a darle ese beso a su esposa Emma Coronel, que tanto le pidió al juez le autorizara durante su juicio, al menos que esta apelación proceda.
Y es que mientras el Cártel de Sinaloa, hoy la organización criminal más poderosa de México y responsable de la introducción de gran parte de la droga a Estados Unidos, a El Chapo las autoridades estadounidenses no se le ha podido decomisar ni un solo dólar, aun cuando Trump ha dicho que con el dinero decomisado iba a construir el famoso muro.
Hoy el narcotraficante está en una prisión conocida como el "Alcatraz de las Rocosas", considerada una de las más seguras no sólo en EU, sino en el mundo. Además de la vigilancia y patrullas que rodean la prisión, en las inmediaciones hay una serie de montañas que la mayor parte del año están cubiertas de nieve.
El "Alcatraz de las Rocosas" cuenta con 150 mil metros cuadrados, en los que hay seis unidades habitacionales de distintos niveles de seguridad; en ellas hay 490 celdas de concreto de 2.1 por 3.6 metros, con una pequeña ventana que no deja ver más allá del edificio y una puerta.
Cada celda está construida y adaptada para que los reos no se puedan comunicar entre ellos, ni siquiera en clave morse. La celda está cerrada por una doble puerta metálica que impide que vea a otros presos; además del ejército de cámaras de seguridad que vigila la prisión.
Joaquín Guzmán pasa 23 horas aislado en un espacio reducido que apenas contará con un banco de cemento, escritorio de concreto, un escusado combinado con lavabo y una ducha, así como un colchón para dormir.
El Chapo come y recibe atención médica dentro de su celda y sólo una hora del día está al aire libre en una jaula donde lo único que se puede ver, aparte de la cárcel, es el cielo. Fuera de su celda usa grilletes, esposas y cadenas en el estómago.
En caso de intentar escapar, El Chapo deberá enfrentarse a 1,400 compuertas de acero controladas por control remoto, alambre de púas que se elevan a 12 pies de altura en la parte exterior, rayos láser, cámaras, perros guardianes, una docena de torres que se elevan por varios metros de altura con francotiradores y un sistema especial de seguridad por fuera de la cárcel.
Un reporte de Amnistía Internacional de 2014 indicó que, en esta cárcel, algunos reclusos son incapaces de lidiar con el aislamiento por lo que desarrollan problemas mentales e incluso se hacen daño físicamente.
Desde hace tiempo, los abogados de El Chapo han reportado que su cliente sufre depresión y problemas en la vista luego de ser enviado a la cárcel en Manhattan. donde estuvo recluido desde su extradición en enero de 2017.
Ya el año pasado la defensa de Guzmán Loera intentó sin éxito que se repitiera el proceso, hoy nuevamente buscan impugnar la condena que le impuso el juez Brian Cogan.