G20, otra vez sin López Obrador

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*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Este fin de semana se reunieron en la cumbre del G20, en Roma, los líderes mundiales de los 20 países más ricos del mundo.

Envía a Ebrard como representante

El titular de la SRE, Marcelo Ebrard, y la canciller alemana Ángela Merkel, ayer.
El titular de la SRE, Marcelo Ebrard, y la canciller alemana Ángela Merkel, ayer.Foto: Especial

Es un encuentro donde se toman decisiones económicas, políticas y sociales, este año el eje central del encuentro fue la cooperación internacional para combatir al coronavirus.

Ahí estuvieron los presidentes como Emmanuel Macron, de Francia; Joe Biden, de Estados Unidos; Mark Rutte, primer ministro de Holanda, entre muchos de los mandatarios de los países desarrollados del mundo.

Pero el Presidente de México no fue, aun con la importancia que representa la cumbre. Siempre ha dicho que “la mejor política externa es la política interna”, y haciéndole honor a esa frase, Andrés Manuel López Obrador declinó la invitación y en su representación envió al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. En tres años de Gobierno, López Obrador no ha asistido a las cumbres del G20 presenciales.

La importancia de este encuentro internacional también radica en las relaciones y acuerdos bilaterales que se pueden llegar a dar de forma paralela a la cumbre no sólo con los hombres más poderosos del mundo, sino con los líderes de organismos internacionales.

Prueba de ello, fue el diálogo previo que sostuvieron el canciller Ebrard con Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a quien felicitó por el trabajo hecho contra la pandemia de Covid-19, y aprovechó para insistir una vez más que el organismo que preside acelere el reconocimiento de las vacunas Sputnik y CanSino.

Debemos recordar que la OMS respondió directamente a López Obrador el pasado 21 de octubre, diciéndole que deje en manos de expertos y científicos esa decisión.

Otro encuentro importante que sostuvo Ebrard fue con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con quien conversó sobre la actualización del Acuerdo de Libre Comercio con ese importante bloque económico de Europa.

Esta cumbre del G20 era un momento preciso para estrechar la mano de nuestro socio comercial más importante, el presidente de Estados Unidos. La comunicación entre ambos mandatarios se ha dado en muy pocas ocasiones, en los nueve meses que Joe Biden lleva al frente de este país sólo ha interactuado dos veces por teléfono con López Obrador, la primera fue a finales de enero cuando recién rindió protesta Biden. La segunda ocurrió en marzo para hablar de las políticas migratorias y el combate a la pandemia.

Las otras interacciones han sido a través de cartas, las más recientes sobre el calentamiento global y la contrarreforma energética y sus posibles efectos.

Pero el Presidente prefirió que el canciller Ebrard fuera y saliera en la foto junto al presidente Biden, ambos aparecen sonrientes en la imagen alzando el dedo pulgar.

El canciller también subió a sus redes sociales fotos de encuentros y reuniones con el presidente de Corea, Moon Joe-in; el primer ministro de Holanda, Mark Rutte; y Alberto Fernández, presidente de Argentina.

Mientras se reúnen los mandatarios en el G20, para hablar de temas que definirán el rumbo mundial, López Obrador decidió realizar una gira por el estado de Campeche ese mismo jueves y viernes.

Sobrevoló la construcción del Tren Maya, la cual calificó como una “obra espléndida”, y como acostumbra a hacer en sus conferencias, defendió sus iniciativas.

Ya en tierra, el mandatario criticó que los diseñadores de la política neoliberal crearon e impulsaron los llamados nuevos derechos como el feminismo, el ecologismo, la defensa de los derechos humanos y la protección de los animales para saquear las riquezas del país y quitar del centro del debate la corrupción, la explotación, la opresión, el clasismo y racismo.

Y mientras López Obrador optó por continuar con su política de ataques a los neoliberales, en el G20 acordaron terminar con los paraísos fiscales a través del llamado impuesto de sociedades mundial, ya que todos juntos acumulan el 80 por ciento del Producto Interno Bruto mundial.

Con esta medida que entrará en vigor el próximo año y que cada país debe legislar, se cobrará 15 por ciento de impuesto a empresas que tengan una facturación superior a los 867 millones de dólares, pero el pago debe quedarse en el país de donde obtuvieron esos ingresos y no en el país donde tienen su matriz.

Este impuesto internacional impacta a empresas como Facebook, que genera millones de dólares en todo el mundo donde sus redes sociales son descargadas, pero el beneficio de sus ganancias, así como el cobro de impuestos, se queda en Estados Unidos.

En cuanto a la crisis económica generada principalmente por la pandemia de Covid-19, se comprometieron que para el próximo año el 70 por ciento de la población mundial debe estar vacunada, pero primero deben vacunar al 40 por ciento de la población mundial antes de que concluya este año.

Para lograrlo, compartirán las dosis con los países más pobres, y no sólo eso, también se habló de la necesidad de aumentar la capacidad productiva mundial y transferir tecnologías en zonas de extrema pobreza como África y así también para prevenir crisis sanitarias futuras.

En este tema intervinieron los mandatarios de China y Rusia para defender sus vacunas, al igual que López Obrador, no asistieron, pero por lo menos se tomaron el tiempo de participar por videoconferencia.

El cambio climático fue un tema que no pudo faltar en este encuentro, pues el 80 por ciento de los contaminantes a nivel global los emiten estas 20 naciones; sin embargo, ninguno presentó compromisos radicales para combatir el calentamiento global, lo más destacable fue el compromiso de no aumentar el calentamiento global 1.5 grados Celsius, el cual, de acuerdo con científicos, es necesario para evitar nuevos patrones climáticos desastrosos.

Incluso, Joe Biden pidió a los principales países productores de energía incrementar la producción de petróleo para lograr más rápido una recuperación económica.

Con esta petición se entra una vez más en el círculo vicioso de priorizar la economía ante el medio ambiente. En el caso de nuestro país, varios especialistas han señalado que la reforma rléctrica del Presidente López Obrador tiene un aspecto negativo que consiste en cancelar la posibilidad de desarrollar proyectos de generación comunitaria, ya que sería facultad exclusiva del gobierno, es decir, regresa el monopolio.

La siguiente escala de un encuentro internacional comenzó el domingo, se trata de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la COP26, que se realiza en Glasgow, Escocia, de nuevo habrá temas que necesitan la atención de los líderes mundiales.

De nuevo, México no será representado por el Presidente López Obrador, ahora se encargarán la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, y la secretaria de Semarnat, María Luisa Albores.

En tanto, el mandatario mexicano saldrá del país por segunda ocasión el 9 de noviembre para asistir a las Naciones Unidas donde pronunciará un discurso sobre corrupción, ese día nuestro país asumé la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, pero lo hará sólo por un par de horas y hablará de corrupción en un foro cuyo objetivo no es ése.