“El Indep es como un nuevo Chucho el roto, aquel bandido mexicano que despojaba a los ricos para compartir el botín entre los pobres”, aseguraba Ricardo Rodríguez Vargas cuando asumió la titularidad del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y, aseguraba, trabajaría para entregarle a la gente el dinero que les había sido arrebatado.
En ese entonces, Rodríguez Vargas aparentaba ser un hombre honesto y austero. Llegaba a la oficina en un auto sencillo y saludaba amablemente al personal.
Poco le duró ese comportamiento. A los pocos meses, él y su asistente personal ya se movían en Suburban blindadas, con choferes y escoltas. Coches que resguardaba el Indep y que no le correspondía utilizar para uso personal. Pero también contaba con un chef para que le preparara sus comidas favoritas.
Al llegar a las instalaciones del Indep mandaba parar los tres elevadores para que pudiera subir rápido a su oficina privada, sin que los pudieran utilizar decenas de empleados.
Una oficina en donde, por cierto, sólo se podía entrar y salir con la huella digital de Ricardo y de otras dos personas.
En esa oficina, donde nunca faltaba el alcohol y, en ocasiones, hubo hasta mariachis, Ricardo Rodríguez llegó a encerrar a muchas de las mujeres que trabajan ahí, obligándolas a tomar, y como él tenía el control de su huella para abrir la puerta, él decidía cuándo las dejaba salir. Literalmente, las encerraba contra su voluntad; eso se llama privación ilegal de la libertad. Las denuncias, sobre todo anónimas de muchas víctimas, están en poder de las autoridades, aunque no se ha actuado, ni antes ni ahora, contra Rodríguez Vargas.
Pero también en poco tiempo aprendió a manipular las subastas y descubrió que la venta de ciertos lotes e inmuebles la podía hacer a conveniencia.
Uno de los tantos ejemplos es el de Grupo Texplus, S.A de C.V. Según documentos en nuestro poder, el pasado mes de febrero, este grupo, por medio de su representante legal, Jacobo Farhi Duschi, solicitó al entonces titular del Insabi el interés de adquirir de forma directa algunos de los lotes de telas que saldrían a la subasta, a lo que el Indep respondió con el oficio número DCCM/DEC/CCBM/109/2020 el 2 de abril que los rollos de tela sí se encontraban en estatus para la venta.
La empresa Texplus presentó una oferta por los 17 lotes de telas por $7,620,000.00 (siete millones 620 mil pesos) IVA incluido.
Estamos hablando de 120 toneladas de telas que en el mercado tienen un costo muy superior.
Para el 22 de abril, Grupo Texplus presentó una oferta aún más agresiva, en respuesta al oficio DCCM/DEC/CCBM/121/2020, el cual indicaba los números de SAIB, de los rollos de tela que querían comprar, escogieron los mejores lotes y ofertaron $3,935,000.00 (tres millones 935 mil pesos).
Nuevamente, un precio irrisorio por las toneladas de tela.
Hace unos años, cuando se decomisaban telas, éstas generalmente se donaban a distintas dependencias para utilizarse, por ejemplo, en tragedias naturales, en escuelas, en orfanatos y asilos.
En la mira
Pero Ricardo Rodríguez Vargas llegó a un acuerdo con esa empresa y le solicitó a los textileros comprar joyas mutiladas en la subasta, como una forma de obtener una retribución para él mismo.
Así, nadie se enteraría que algunas de las joyas estaban mutiladas e incompletas, porque se les había quitado piedras y metales preciosos, y éstas se convertirían en parte de la transacción por el bajo costo de las toneladas de telas.
Cuando se descubrió esa operación (que cita también en su denuncia Jaime Cárdenas) Ricardo Rodríguez Vargas fue dado de baja. Con su salida, se cayeron éste y varios otros negocios que operaba desde el Indep.
Pero no fue castigado ni mucho menos. El Presidente López Obrador confirmó al momento de su salida que dejaba el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, ya que estaría en la terna que propondría para elección de titular de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, el Prodecon.
Por el momento, ese nombramiento ha sido detenido, ya que un Juez Federal de Nuevo León suspendió definitivamente el proceso de elección del titular de la Prodecon, porque los candidatos, entre ellos Rodríguez Vargas, no cumplen con los requisitos de la Ley Orgánica de la institución.
Hace apenas unos meses, Rodríguez Vargas explicaba que el objetivo del Indep no era obtener recursos, sino era regresar a los mexicanos parte de lo robado. Desgraciadamente, parece que su causa era él mismo, y mientras se define si Rodríguez Vargas seguirá trabajando en el Gobierno federal, son decenas los casos de acoso y de corrupción, por los cuales ha sido denunciado y sobre los que le iremos informando en este espacio.