A pocos días de que termine su gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer su último informe sobre el sistema de salud en México. Fue durante la conferencia matutina del martes que López Obrador citó a su gabinete de salud, encabezado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
Fueron casi dos horas en las que en su monólogo habitual se habló cómo en su gobierno se logró reducir el déficit de personal médico, abrir más clínicas y mejorar el abasto de medicinas.
El Presidente reiteró que el sistema de salud es mejor que el de Dinamarca y aseguró que en su sexenio la salud se convirtió en un derecho universal, que si en 2019 se podía atender a 12.3 millones de personas sin seguridad social, al finalizar este gobierno se brinda atención a 53.2 millones.
Tras escucharlo, en realidad pensé lo mucho que me gustaría vivir en un México con un sistema de salud en donde sí se necesita que tengas todo lo que se requiere para salir adelante.
La información que dio fue sesgada, incluso falsa. Tras seis años en el poder, siguió insistiendo en que la culpa en los problemas de salud era de antiguos gobiernos neoliberales por dejar el tema en mal estado. ¿En seis años no pudo revertir los problemas de sexenios anteriores, aunque fuera un poco?
Tras el desmantelamiento del Seguro Popular, para convertirlo en el fracasado Insabi, miles de personas que requieren atención médica, sobre todo para las llamadas enfermedades catastróficas, se quedaron en el desamparo este sexenio. De eso, por supuesto, no habló López Obrador.
Reportes oficiales indican que 40 por ciento de la población presenta carencias en el acceso efectivo a la salud, debido al desmantelamiento del Seguro Popular para dar paso al Insabi, que sólo duró un par de años en funcionamiento.
El sistema de salud mexicano enfrenta retos importantes como la insuficiencia de personal médico en áreas rurales y marginadas, y una infraestructura insuficiente que pocas veces funciona para atender las necesidades de una población en crecimiento.
La actual administración destinó menos recursos al sector salud que la anterior, ya que cifras oficiales indican que en 2019 fue el equivalente a 0.9 por ciento del PIB, mientras que en 2020 fue de 1.16 del PIB, año en que se creó el Insabi y comenzó la pandemia por Covid-19. Para 2021, los recursos para la salud de los mexicanos fueron del 1.02 por ciento del PIB, al siguiente año de 0.88 y este año 0.81 por ciento.
Hasta hoy no sabemos dónde quedaron 391 mil millones de pesos destinados para el abasto de medicamentos a través del Insabi, de 2020 a 2023, cuando estuvo en funciones, ya que en ese mismo lapso hubo reportes de niveles críticos de desabasto de medicamentos como en Zacatecas, Coahuila y Nayarit.
En 2022, el Insabi reportó que no pagó ni un solo tratamiento y los recursos se usaron para pagar deudas a seis proveedores, en lugar de la compra de medicinas o tratamientos; para ello se transfirieron 54 mil 881 millones de pesos al Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos.
México queda a deber
De acuerdo con México Evalúa, los recursos del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), destinados a cubrir enfermedades catastróficas como cáncer y VIH-SIDA fueron de 2.8 mil millones de pesos, 71 por ciento menos en comparación con el promedio del sexenio anterior, cuando se destinaron poco más de 10 mil millones de pesos por año.
Entre 2019 y 2022, más de mil 600 menores de edad fueron afectados por la falta de tratamientos oncológicos y, en algunos casos, padres de familia denunciaron que, en lugar de quimioterapias a los menores, les inyectaron agua.
A ello se suma que en 2023 registraron 7.5 millones de recetas no surtidas en instituciones de salud para personas con seguridad social.
En diciembre de 2023, el Gobierno federal decretó que Birmex se hiciera cargo de las compras de medicamentos, ante el fracaso de la Secretaría de Hacienda, la oficina de Servicios para Proyectos de Naciones Unidas, el Insabi y la Secretaría de Salud.
En cuanto al proyecto de la Megafarmacia del Bienestar, surte menos de 44 recetas a la semana.
El Gobierno federal dice reconocer que entre las deudas está el contar con más médicos especialistas, aunque señaló que es culpa de los neoliberales, porque cerraron las puertas de las universidades públicas a jóvenes que querían estudiar medicina.
No es verdad, la carrera de medicina, por ejemplo, en la UNAM y otras universidades muy prestigiosas tienen filtros para los estudiantes, para que lleguen los mejores y que ellos sean los que atiendan a la población. Médicos mexicanos hay y muy capaces.
Lo grave es que los quieren mandar a plazas donde la violencia acaba con sus vidas.
Esto se dice para justificar la presencia de médicos cubanos (ninguno ha mostrado su título), para pagarle al gobierno de Cuba una suma millonaria. No a los trabajadores, sino al régimen.
Y eso sí, en el discurso se agradeció al gobierno de Cuba por el apoyo, ya que actualmente más de tres mil 100 médicos cubanos atienden a la población mexicana.
La realidad es que desde la Secretaría de Salud se ocultaron los sueldos pagados a los médicos cubanos, bajo el argumento de que es información de seguridad nacional.
Médicos mexicanos reprochan el excesivo pago a estos doctores caribeños, en comparación con los salarios que ellos reciben. Además, vuelven a señalar que desconocen en qué hospitales trabajan, porque no tienen contacto o convivencia con ellos.
La mala gestión no sólo se vio reflejada en el desabasto de medicamentos, de tratamientos o de la falta de médicos en salas de urgencias, también en las malas decisiones tomadas por funcionarios de salud, como ocurrió con Hugo López-Gatell, quien estuvo a cargo de la crisis por la pandemia por Covid-19.
Pero del desastre que fue el desempeño en la pandemia, para empezar, como dijo el primer mandatario, que la gente no se contagiaba si tenía su “detente”, pasando por decir que no era necesario el cubrebocas y que la gente se podía abrazar, al pésimo desempeño en la solicitud de las vacunas contra Covid-19.
Recordemos que Gatell dijo que las vacunas no eran necesarias, y afortunadamente el equipo de Marcelo Ebrard logró convencer al mandatario de aplicar las vacunas.
Del pésimo desempeño en la pandemia y la manera criminal en la que actuó López-Gattel ante una pandemia de esa magnitud, nada se mencionó. Termina el sexenio quedando mucho a deber en salud, y dejando un panorama muy complicado para la próxima administración.