Tremendas imágenes las que hemos visto en redes sociales y en espacios televisivos de ocho jóvenes en Puebla, golpeando despiadadamente a otro, ya en el piso, con las manos amarradas, y uno de los agresores le mete una patada con todas sus fuerzas. Esa patada le causó una fractura en el cráneo y altas posibilidades de perder un ojo.
La víctima es Ernesto Calderón. Se encontraba paseando con una amiga cuando este grupo de jóvenes, en estado de ebriedad, le aventaron agua a la chava que acompañaba a Ernesto. Ernesto les reclamó y fue suficiente para que, en bola, todos lo agandallaran y lo golpearan. La chica que lo acompañaba no pudo hacer nada.
Parece que Ernesto permanece estable y ha sobrevivido, pero todavía hay que esperar a que se le desinflame el cerebro para ver si no hay más daño. De su ojo los médicos todavía no saben cuál será el diagnóstico, sino hasta en unos días, pero es alta la posibilidad de que pierda la movilidad en ese ojo.
Las imágenes de la golpiza son escalofriantes. Se escucha cómo le revienta el cráneo tras la patada y todavía en el video se puede escuchar a uno de los agresores que dice: “Te voy a reventar la botella”. Tras el ataque, se oye una amenaza: “No se vuelvan a meter con nosotros”. Neto, como le dicen sus amigos y familiares, ya estaba prácticamente inconsciente en el piso.
La realidad es que Ernesto nunca se metió con ellos. Reiteró que sólo les reclamó a los ocho jóvenes haber aventado una cerveza a su amiga y por eso es todavía más grave ver que estos sujetos pueden agredir a quien sea.
Ya se sabe quiénes son siete de los ocho agresores (entre ellos un par de gemelos).
Los dos primeros, que son hermanos, son estudiantes de la Anáhuac en Puebla. A través de un comunicado, la universidad condenó los hechos, había dicho que estarían suspendidos, finalmente el día de ayer se confirmó que han sido expulsados de esa casa de estudios. El rector de la universidad dijo: “Tenemos que decirles a nuestros hijos que la violencia sólo conduce a más violencia”.
Qué bueno que fueron expulsados, es la mínima sanción que se merecen estos golpeadores, que tienen que enfrentar también a la justicia. Las autoridades aún no pueden tomar ninguna acción debido a que la investigación continúa abierta.
Los golpeadores tienen que saber que hay consecuencias, y los padres de familia también. De estos agresores, 6 son menores de edad, por lo cual la justicia tendría que ir tras sus padres. Los papás tienen la obligación de que sus hijos menores de edad no cometan estos actos.
Uno de ellos sería hijo de Ricardo Reyes Monzalvo, quien fuera nombrado coordinador general del Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) de Hidalgo, en la administración anterior.
Ya identificados
Dos más serían hijos de Adriana Flores Valencia, presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme) en Pachuca, Hidalgo, del periodo 2020 al 2023.
Los padres de los gemelos son: José Miguel Romero y Brenda Marín.
La Fiscalía General del Estado de Puebla está investigando el caso, las carpetas de investigación pueden ser por lesiones o por tentativa de homicidio. Que Neto tenga el ojo afectado y que hayan sido ocho contra uno son agravantes y podrían tener una pena de prisión de cuatro a ocho años. Pero será difícil comprobar el intento de homicidio que daría penas mucho más altas a los agresores.
Según versiones de vecinos y conocidos de los agresores, estos jóvenes ya no están en Puebla.
Tanto la Fiscalía poblana como el gobernador del estado, Sergio Salomón, afirman que aún están trabajando para tomar acciones legales.
Cuatro de los ocho jóvenes son originarios de Hidalgo. El gobernador de ese estado, Julio Menchaca, dijo en relación con este caso: “Lo que sí debe dejarse absolutamente claro es que ninguna influencia, ningún puesto público o posición social implica tener impunidad”. El mandatario estatal asegura que trabajan en conjunto con las autoridades de Puebla para encontrarlos y llevarlos ante la justicia.
Por su parte, allegados a los agresores han tratado de sembrar un rumor de que la familia de Ernesto está pidiendo dinero, lo cual es mentira. La defensa del joven ha hecho un llamado a las personas interesadas en su estado de salud a no hacer caso de grupos y chats en redes sociales que piden dinero para apoyarlo y que incitan a la violencia contra los atacantes.
Esperemos a ver cómo resuelven las autoridades este caso, y ojalá le hagan justicia al joven agredido.
Lo más grave de todo es que nos hemos enterado de este caso porque quedó registrado en video. Pero son decenas de casos de golpizas que se dan de varios contra uno o dos, dejándolos gravemente heridos casi todos los fines de semana a lo largo del país.
Incluso en los últimos meses, se ha estado haciendo un reto, que varios jóvenes en la noche pasan enfrente de los bares y cuando ven a otro joven solo, se bajan, lo golpean y huyen. Estos agresores deben tener consecuencias para que sepan que no se pueden realizar estos actos violentos.
En México, la violencia entre jóvenes de entre 12 y 29 años es un fenómeno que ha aumentado durante la última década y hace que se enciendan los focos rojos en autoridades y sociedad. Hoy esta violencia está empezando a ser considerada un problema de salud pública.
Treinta por ciento de los jóvenes que está en la secundaria ha manifestado sufrir algún tipo de violencia física, verbal o emocional por parte de sus maestros y compañeros.
La preocupación se incrementa cuando 61.82 por ciento de estos adolescentes revela que quienes más ejercen violencia en su contra son sus mismos compañeros.
Algo estamos haciendo muy mal como sociedad, como familia y como Estado para tener estos índices de violencia entre los jóvenes mexicanos.