México: Más de 80 años con apoyos sociales

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para mi querido Omar, editor de La Razón, que hoy es su cumpleaños. ¡Felicidades!

En época electoral, y sobre todo en la que vivimos ahora, de polarización y confrontación, desde el partido en el poder se quiere hacer creer a los votantes que sin Morena los apoyos sociales no existen. 

Es una mentira enorme. Primero, los programas que se han implementado en este sexenio están prácticamente todos en la Constitución, así que no se pueden eliminar, pero, además, la política social en nuestro país tiene sustento en la Carta Magna desde 1917.

También es cierto que, desde que empezaron los programas de seguridad social, éstos se han querido vincular al partido en el poder para lograr votos y ser utilizados como una herramienta política para obtener la simpatía de la población.

Ahora la realidad es que, si las elecciones se definieran por la cantidad de dinero que se le entrega a la gente, el PRI, que gobernó más de 70 años, nunca hubiera perdido, y el PAN, que estuvo al frente del país por dos sexenios y quienes también tuvieron una política social con un presupuesto muy alto, tampoco hubieran tenido alternancia.

Pero a los votantes sí les da miedo perder los programas sociales que tienen.

Por ejemplo, en días recientes, el Gobierno de la Ciudad de México busca controlar los programas sociales que actualmente manejan las alcaldías.

La semana pasada el Jefe de Gobierno, Martí Batres, mandó una iniciativa al Congreso de la Ciudad de México para modificar la Ley del Derecho al Bienestar e Igualdad Social.

Aunque el dictamen fue aprobado en lo general, la sesión fue suspendida ante la falta de quorum durante el desahogo de las reservas.

Batres indicó que “no se eliminan los programas sociales, sólo se centralizan”.

Pero la legisladora priista Tania Larios advirtió que la reforma impedirá a las alcaldías “otorgar sus propios apoyos”, condicionado la distribución de los programas sociales, lo que beneficiaría a unos y perjudicaría a otros, dependiendo qué partido gane la Jefatura de Gobierno y qué partidos ganen las alcaldías.

Larios mencionó que Morena intentó desaparecer los apoyos para madres trabajadoras, para personas con discapacidad, para familias de bajos recursos y para terminar de destruir las estancias infantiles que los alcaldes de la alianza opositora mantuvieron por su propia cuenta.

Y es que cada administración puede definir, en ciertos casos, cómo se destinan a los presupuestos sociales. Desde las estancias infantiles, desayunos y comidas escolares, estudios médicos especializados, canastas básicas con alimentos, etcéceta.

Es importante recordar que los programas sociales existen desde hace 81 años, no fueron creados en esta administración. Quizá ahora se esté repartiendo más dinero en efectivo, pero eso no necesariamente llega a quien más lo necesita.

Pero, además, se han quitado programas que apoyaban mucho a los mexicanos, sobre todo a niños, niñas y mujeres.

Escalan confrontación

Partidos de oposición colocaron mantas en el Senado contra el uso de programas sociales con motivos electorales, el pasado 3 de abril, durante la sesión del pleno.
Partidos de oposición colocaron mantas en el Senado contra el uso de programas sociales con motivos electorales, el pasado 3 de abril, durante la sesión del pleno.Foto: Cuartoscuro

Hoy existen decenas de denuncias en las que se pide investigar a dónde se va el dinero destinado a ciertas becas y pensiones en la actualidad.

El primer programa social en forma apareció en 1943, con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); para 1952 se creó el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) y en 1964 el Instituto Nacional Indigenista (INI), de los que, hasta la fecha, los dos primeros subsisten.

Estos programas fueron constituidos en la época de presidentes priistas, con Manuel Ávila Camacho, de 1940 a 1946; Adolfo Ruiz Cortines, de 1952 a 1958, y Adolfo López Mateos, de 1958 a 1964.

Por ejemplo, Eva Sámano, la primera dama en la presidencia de Adolfo López Mateos, implementó los desayunos escolares para que ningún niño mexicano estudiara con el estómago vacío. Hoy, estos desayunos escolares que antes se daban en todo el país, sólo se dan en algunas escuelas. Los pilares para la política social que hoy conocemos como programas sociales, se consolidaron de 1964 a 1982.  

Mientras que en 1973 se creó el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), el cual, con el paso del tiempo, se ha modificado y hoy sólo se reparten becas, es decir, la repartición se da en efectivo, sin exigir resultados del beneficiario o sin dar un seguimiento a sus avances académicos.

En 1982 se dio el Programa de Apoyo Alimentario (PAL), y fue ese mismo año cuando los programas de asistencia social dieron un giro y comenzaron con su mayor expansión, pues seis años después el presidente Carlos Salinas de Gortari creó el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol).

En el programa Solidaridad, como mejor se le conoció, participaban de manera permanente la Secretaría de Hacienda, la Sedue (después, Secretaría de Desarrollo Social), la SEP, la Secretaría de Salud, la del Trabajo, la de la Reforma Agraria, la de Pesca, el IMSS, Conasupo, entre otras.

Todas estas instancias trabajaban con la ciudadanía para resolver sus necesidades más importantes en cada comunidad.

En 1995, el presidente Ernesto Zedillo puso en marcha el Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), el cual era una versión 2.0 de lo que sus antecesores hicieron.

A partir del año 2000 a 2007 los programas sociales se expandieron aún más.

Cuando llega Vicente Fox, del PAN, a la Presidencia, entre sus políticas sociales, comenzó con el Programa de Apoyo a la Educación Indígena (PAEI) y a dos años de su mandato puso en marcha el Programa de Empleo Temporal (PET).

Para el año 2007, con Felipe Calderón como presidente destacó el Programa Oportunidades (Prospera) y con el regreso del PRI al poder de la mano de Enrique Peña Nieto se dio prioridad a madres solteras, jóvenes a los que se les dio becas y el seguro popular se consolidó en ese sexenio, el cual daba asistencia sanitaria a quienes no contaban con seguridad social.

A partir de diciembre de 2018, las prioridades han sido los programas sociales Jóvenes construyendo el futuro, Sembrando vida (una ayuda a los campesinos), becas directas escolares y el incremento a la pensión de adultos mayores.

El programa social para adultos mayores ya existía, es más, el presidente Enrique Peña Nieto modificó la edad para que los adultos mayores recibieran su beca y ésta bajó de los 70 años a los 65 años.

Con López Obrador se fortaleció la ayuda a los adultos mayores, al otorgar mayores cantidades de dinero de forma directa, pero también se ha disminuido el apoyo en salud y medicamentos, así que muchas personas utilizan sus becas y pensiones para este tipo de cosas a las que antes tenían acceso.

Yo soy de las personas que están absolutamente de acuerdo con hacer una política social para beneficiar a la gente, otorgar programas sociales porque, además, ayudan a reducir la pobreza a corto plazo, y apoyan a mucha gente.

Lo que no se vale es lucrar políticamente con esos programas sociales. El Estado no genera dinero, lo que se distribuye son recursos, en su mayoría fiscales, de los mexicanos.

Que no nos engañen