Trump y la tormenta perfecta

BAJO SOSPECHA

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A cinco meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el país está en llamas.

Mientras está por alcanzar los dos millones de contagios por el Covid-19, superando las 100 mil muertes, la nación se encuentra hundida en una crisis económica, desempleo y protestas contra el racismo que llegan hasta la Casa Blanca, y se prepara para las elecciones del próximo 3 de noviembre.

A la crisis, Trump le ha sumado sus lamentables declaraciones en torno a las protestas racistas por el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un policía; y mientras continúa su guerra contra Twitter, intensifica sus ataques hacia China por el origen del virus y, de paso, rompe su relación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y le retira su apoyo económico.

En plena lucha contra el Covid-19, el mandatario estadounidense anunció el pasado viernes que ponía fin a la relación de su país con la OMS y justificó la medida argumentando que ésta no hizo caso a sus peticiones en el sentido de que fuera más exigente con China.

Cabe recordar que en abril, el presidente de Estados Unidos había suspendido temporalmente las contribuciones de su país al presupuesto de la OMS, estimadas en unos 450 millones de dólares al año, equivalente a 15 por ciento de los recursos de la institución.

Mientras tanto Estados Unidos arde.

Más de 40 millones de personas han perdido su trabajo a causa del paro económico por las medidas de confinamiento. Tan sólo en la última semana, más de dos millones de trabajadores han reclamado beneficios sociales tras perder su empleo, según el Departamento de Trabajo. Y las acusaciones raciales por parte de la comunidad afroamericana ya se venían dando antes del terrible asesinato de George Floyd.

Claman justicia

El fin de semana, habitantes de más de 50 ciudades de EU, Canadá, Alemania, Italia y Reino Unido se sumaron a las protestas contra la violencia racial.
El fin de semana, habitantes de más de 50 ciudades de EU, Canadá, Alemania, Italia y Reino Unido se sumaron a las protestas contra la violencia racial.

Una encuesta conjunta publicada por la NAACP, el African American Research Collective y el Yale School of Medicine Equity Research and Innovation Center revela que casi 60 por ciento de los estadounidenses negros encuestados cree que la policía no está aplicando medidas de distanciamiento social equitativamente.

Un reportaje de NBC News con datos del Departamento de Policía de Nueva York muestra que, desde mediados de marzo hasta mediados de mayo, alrededor de 81 por ciento de todas las citas por violaciones al distanciamiento social se emitieron a personas negras o latinas.

En Chicago, la policía estableció puntos de control alrededor de cuatro manzanas de la ciudad en donde la mayoría de los residentes son personas afroamericanas.

Las muestras de agresiones han circulado a través de las redes sociales. En Nueva York, un agente de la policía fue captado en video cuando golpeó con el puño a un hombre negro y lo arrastró por la calle.

En Filadelfia, la policía sacó a un hombre negro de un autobús público por no llevar mascarilla.

Este abuso de poder llegó a su clímax con la muerte de George Floyd.

En las imágenes que circularon en todo el mundo, se aprecia cuando Floyd estaba inmovilizado por un policía debido a un asunto de un billete falso. El agente mantuvo durante aproximadamente cinco minutos la rodilla presionada sobre su cuello y, pese a que el hombre le suplicaba que se quitara porque no podía respirar, el policía se negaba argumentado que se había resistido al arresto.

Las personas alrededor protestaban por la acción del policía, quien no le retiró la rodilla ni para tomarle el pulso cuando parecía que Floyd ya no respondía. Imágenes dadas a conocer días después, muestran que el hombre jamás se resistió al arresto.

Lo cierto es que este hecho desencadenó una serie de protestas que se extendieron a varias ciudades del país y que se han tornado muy violentas. La empatía del presidente Donald Trump hacia la comunidad afroamericana —sobre todo después del terrible asesinato de Floyd— no existe; es más, ahora acusa al movimiento Antifa como responsable de estas protestas y lo declara organización terrorista.

¿Pero quiénes son los miembros de esta organización?

Antifa, la abreviatura para Antifascista o Movimiento antifascista, es el grupo que Donald Trump acaba de acusar como responsable de la ola de protestas desatadas en las últimas horas en distintas ciudades de Estados Unidos, a raíz del crimen de odio contra George Floyd en manos de la policía de Minneapolis. Trump lo ha calificado como “la izquierda radical” y quiere declararlo organización terrorista.

Los propios miembros de esa organización se definen: New York City Antifa: “para que conste: ‘antifa’ es la abreviatura de antifascista o acción antifascista. Creemos en y luchamos por un mundo libre de fascismo, racismo, sexismo, homo/transfobia, antisemitismo, islamofobia y prejuicios en general. Las protestas no tienen líderes ¡Todo el poder al pueblo!”.

Por supuesto que Donald Trump nunca ha considerado nocivas asociaciones tan racistas que pertenecen a la derecha radical y que también han movilizado a su gente como el Ku Klux Klan (KKK).

Jennifer Hochschild, profesora de gobierno y de estudios afroestadounidenses en la Universidad de Harvard, consideró que Trump "está haciendo todo lo posible para empeorar las cosas".

El pasado viernes, el magnate advirtió a través de Twitter: “cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos". De inmediato comenzaron las reacciones, ya que se tomó como una advertencia a los manifestantes. Y es que esa frase se usó a fines de la década de 1960, durante una era de disturbios violentos en ciudades estadounidenses.

Trump calificó a los manifestantes de antifascistas y de ser de la "izquierda radical”; además señaló que las autoridades de Minnesota deberían ser "más duras, más fuertes, porque siendo duros se honra la memoria de George Floyd".

Pero además se lanzó contra Jacob Frey, el alcalde de Minneapolis. "No me puedo quedar mirando lo que pasa a una gran ciudad estadounidense, Minneapolis. O el muy débil alcalde de la izquierda radical, Jacob Frey, se organiza y controla la ciudad o enviaré a la Guardia Nacional y haré el trabajo bien hecho".

Un día después, Trump informaba: "la Guardia Nacional ha llegado a la escena. Está en Minneapolis completamente preparada".

Y así, en esa álgida confrontación y radicalización enfrentará Donald Trump las próximas elecciones, en las que aún no está definido si será reelecto.

El Gobierno de México debe tener cuidado en no seguir apostando por la victoria de Trump; hoy esa elección no está definida.

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Carlos Urdiales