Primero: El encabezado de este artículo soñé escribirlo en la Lincoln Memorial Cir NW, Washington, frente a la estatua de Lincoln, donde me pregunté: ¿Qué pensaría Abraham del comportamiento del actual presidente Donald Trump, negándose a reconocer su derrota en una elección democrática? Finalmente quedó en sueño y regresé a la realidad en mi país, México, donde muy a pesar del legado maderista “Sufragio efectivo, no reelección”, el equipo cercano del actual mandatario, Andrés Manuel, avizoró en algún momento la posible reelección de su jefe.
Segundo: Hoy, gracias a la alternancia que habrá en Estados Unidos en los próximos meses, se ha esfumado el fantasma de la reelección en México; reiteradas fueron las ocasiones donde los cercanos al mandatario dejaron entrever la intención de prorrogar el mandato de su líder, incluso ante la incertidumbre que generaban esas intenciones, el propio Ejecutivo firmó un documento donde se comprometía a no reelegirse; sin embargo, cuando algunos medios de comunicación solicitaron copia del documento, la oficina de la Presidencia contestó que dicho documento no había sido encontrado.
Tercero: Lo anterior nos hace pensar en la habilidad del equipo cercano al Presidente de la República para manejar los temas electorales, sabedores de las condiciones de la oposición, moralmente derrotada y desarticulada dos años después de la elección presidencial, ellos siempre estuvieron pensando y calculando la posible reelección de su jefe, a partir de la fortaleza en ambas cámaras legislativas y en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo tenían todo, incluido el presupuesto-hoy-concentrado. Sin embargo, con Biden como futuro presidente en Estados Unidos ha quedado totalmente cancelado ese anhelo del equipo del mandatario.
Cuarto: ¿Por qué totalmente cancelada la reelección?, simplemente porque AMLO construyó excelentes lazos de amistad con Donald Trump, uno de los más complejos presidentes de la Unión Americana, es por ello que el AMLO ha sido cauteloso en reconocer a Biden como futuro presidente de Estados Unidos, argumentando que esperará a que terminen los litigios legales que interpondrá el actual mandatario. La pasada visita de Estado de AMLO a Estados Unidos se tomó como un espaldarazo al presidente Trump y se desaprovechó la oportunidad para un encuentro con el hoy virtual ganador, Joe Biden.
Quinto: Los dos últimos mandatarios mexicanos apostaron por Trump, EPN y AMLO, en la primera le salió bien a Peña; sin embargo, hoy las condiciones fueron distintas en una elección donde las encuestadoras anticipaban un margen de triunfo más amplio de Biden, empero, no fue así, el resultado refleja una sociedad estadounidense dividida y polarizada por factores políticos; la tarea que le espera a Biden no será sencilla y AMLO y su equipo tendrán la oportunidad de poder construir una agenda bilateral que convenga a los dos países, finalmente Biden también necesita de México.
