Es letra y se canta

LAS CLAVES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Uno de los momentos más axiomáticos en la crónica de la música popular cubana del siglo XX (años 40- 60) es el Movimiento del filin (de feeling: sentimiento): innovación de los esquemas y consonancias en la faena de la canción con evidentes influjos del jazz estadounidense. Todo nació en una casa del callejón de Hammel en La Habana donde se reunían César Portillo de la Luz, José Antonio Mendez, Ñico Rojas, Aida Diestro, Elena Burke y Frank Emilio, entre otros compositores y vocalistas: pioneros de una modalidad que pronto tuvo repercusiones en México (Garrido, Armengol...).

Marta Valdés (La Habana, 1934) integra la segunda generación de filinistas, compositora, intérprete y guitarrista que rompe con las reglas armónicas de los acordes presentes en los temas de los iniciadores del filin: presenta canciones de singulares vuelcos melódicos desde inquietantes gradaciones sonoras: nuevas suscripciones tonales en la cancionística cubana (“No hagas caso”, “Llora”, “Tú no sospecha” ...). / Aparece Es letra y se canta (Gaos Ediciones, 2024), de la conductora (radio/televisión) y periodista cultural Rita Abreu donde se alinea un viaje analítico por veintiséis canciones de Marta Valdés.

“Desde que descubrí el ‘rayo musical’ de Marta Valdés no he podido alejarme de sus fulgores. Ella desmiente con sus canciones todos los estereotipos que la industria musical impone con fórmulas monótonas de melodías y ritmos llenos de lugares comunes en busca de deleite fácil. Las composiciones de esta habanera son joyas sonoras en que un despliegue de sutiles imágenes poéticas se entreteje con un prodigioso discurso amónico-melódico en que las emociones arropan a los oyentes en un embiste de ascensos que giran, danzan y humedecen lo mas hondo del alma”, asiente Rita Abreu.

Estructurado en “Prólogo”, de Tanius Karam, “Presentación”, “Descubrimientos”, “El México de Marta”, “Cancionero comentado” y “Epilogo”, de la poeta cubana Minerva Salado: el lector tiene en sus manos un catálogo razonado de incitaciones múltiples y entrañables: glosas cordiales para entrar a un cosmos de extrañezas melodiosas en que el verbo canta en complicidad con las cuerdas de la guitarra gozosa. “Estas veintiséis canciones seleccionadas conforman un breve compendio de un repertorio de riqueza infinita. Quedan fuera inolvidables temas: este cuaderno pretende acometer una invitación para sumergirse en un código sentimental de incalculable resonancia. Quien entra a las cifras de Marta queda hechizado para siempre”, subraya Abreu.

Marta Valdés ha dicho que “las canciones sonaron en mis oídos sin que yo conociera el sentido de sus frases. Su música se quedaba rondando en mi cabeza cuando ni siquiera me había percatado del poder de la memoria”. Así nacieron “Palabras”, “Tú no sospecha”, “Si vuelves”, “En la imaginación”, “Llora”, “No te empeñés más”, “Hay mil formas”, “Como el domingo”, “Por La Habana”, “Más allá de la música” ...: coplas desde otro mundo “para nombrar todos los sueños”. Rita Abreu entrega un atlas en el cual se pronuncian índices, cifras y viejos amuletos del amor. “Son las canciones que me enseñaron a amar”, confiesa Minerva Salado. Con este silabario tónico se pone de “fiesta la imaginación”.

Es letra  y se canta
Es letra y se cantaFoto: Especial

Es letra y se canta

  • Autora: Rita Abreu
  • Género: Ensayo
  • Editorial: Gao, 2024