Carlos Urdiales

Acapulco, botín y propaganda

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Otis arrasó Acapulco. La inédita evolución desde tormenta tropical hasta alcanzar la categoría 5, habría rebasado a cualquier autoridad de cualquier tiempo y partido.

Acapulco es pretexto para golpear al Presidente López Obrador y a su partido, en eso caben obuses contra gobernantes locales que, dicho sea de paso, en la tragedia han conocido sus límites operativos, diferentes a los de sus paraguas políticos.

Con imágenes desoladoras que retratan el tamaño del golpe, malquerientes de AMLO y anexos, no vacilan en propagar falsas noticias, desparramar en redes audios sintéticos de negros pasajes frente a Guardia Nacional o Ejército.

Tampoco escatiman en el abuso de datos parciales sobre hechos totales para así exhibir perversidad y corrupción, donde lo que duele es la ingenuidad y la impericia. Usar a Acapulco como ariete para golpear a la 4T confirma lo que a veces, desde la mañanera, se acusa, mucho golpeteo mezquino. Trágicamente, del lado de las autoridades también hay usufructo de la devastación de los distintos acapulcos.

Sello de éste, y de cualquier sexenio, la autocrítica está proscrita de su narrativa. Evidentes errores como trasladarse por carretera para quedar varado en medio del lodo a bordo de un Jeep, y regalando al mundo del video y las redes, una imagen histórica y absurda.

Desacreditar las notas por su fuente y no por su veracidad, es un recurso transexenal, pero ocurre que, al hacerlo en un contexto de colapso social por un fenómeno natural, exacerba la crítica. Con razón.

Prevalecen en la narrativa oficial, ínfulas de poder con lo que evidentemente no puede ningún gobierno solo. Ayer se reunió con banqueros y empresarios locales, el gabinete económico para consensar un plan de acciones inmediatas que abran brecha entre la destrucción, en la generación de recursos para los habitantes de la ciudad más relevante, en ese sentido, de todo Guerrero.

El responsable de Protección Civil del estado, Roberto Antonio Arroyo Matus, reconoció en entrevista con W Radio que se entregan 10 mil despensas para los 800 mil habitantes damnificados por el paso de Otis; “pese a que la ayuda es enorme, no es suficiente para atender a toda la población que llega a los albergues temporales instalados, siete de ellos en Coyuca de Benítez y seis en Acapulco, en donde reciben víveres, comida caliente y atención médica por brigadas médicas de otros estados”. Se hace un gran esfuerzo, dijo el funcionario. Insuficiente.

Vemos una singular articulación con la Ciudad de México que envió policías, agentes judiciales y bomberos. También nerviosismo entre gente de Chilpancingo porque temen un drene de su abasto a manos de los que llegan, compran y se regresan.

Acapulco es pretexto para golpear mediáticamente a la popular mayoría partidista de México. Del lado del gobierno lo es para insistir en su narrativa victimista para tapar impericias. Llueve sobre mojado.