Atletas de alto rendimiento

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El problema es Ana Gabriela Guevara, la SEP y el Gobierno. Las que según la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) “faltaron”, fueron las que siempre faltan.

En Tokio 2020 (2021 en realidad, nuestros atletas ganaron cuatro preseas). Desde Barcelona 1992 hasta los juegos de la pandemia, las delegaciones nacionales han traído en total 31 preseas. Promedio de 3.8 medallas cada ciclo.

En este tema sí que ahora es como antes. Emergen atletas de alto rendimiento que nos representan gracias a épicas individuales, a veces con más apoyos, casi siempre, con muy pocos.

Y no sólo la Conade juega mal, el Comité Olímpico Mexicano también hace de las suyas. Quizá como dice la gran periodista del deporte Geo González; “el problema es que no nos importa el deporte”.

Ni al Gobierno, ni a la iniciativa privada que se regodea recompensando a los ganadores, a la segura. ¿Y las becas para formación, campamentos, competencias y más entrenadores de talla mundial? Y a los medios de comunicación tampoco el deporte amateur los seduce, “no deja”.

Y a la sociedad embelesada con el Tri y la Liga MX, todo el deporte le parece un complemento no vital. ¿Cuántas familias se apasionan y comprometen con una hija o hijo que sueñe con una Olimpiada? Más allá de las ridículas clases de educación física el Estado apuesta nada.

¿Por qué “faltaron” medallas, según la estridente encargada de la política pública del deporte en la 4T? ¿Segundo piso? No, por favor. Y Ana Gabriela Guevara engrosa la historia de otros atletas que siendo medallistas creyeron que podían hacer algo mejor, marchistas o clavadistas y nada. O empresarios del deporte como Nelson Vargas. Y nada.

Por eso Geo González tiene razón. Las y los paisanos que se la fueron a romper a París 2024 son atletas de elite. De clase mundial. La estulticia campea en las benditas redes. Pero cada uno de ellos merece admiración, respeto y respaldo.

Claudia Sheinbaum tiene ante sí la oportunidad de sembrar un futuro más sano y exitoso para el deporte en México. Y puede comenzar por habilitar albercas públicas, canchas de tenis, de volibol, de basquetbol. Ordenando la apertura de campos para la práctica de tiro, con equipo e instructores. Y gimnasios para judo, lucha grecorromana, para disciplinas artísticas.

Todo con el objetivo de tener niños y adolescentes más sanos, más seguros, ambiciosos, felices y honestos. Hacer que la 4T trascienda más allá de la arena política y electoral.

Incida desde Palacio Nacional para que el pueblo vea en la práctica deportiva algo más grande que un pasatiempo lujoso. No descalifique, aplauda modestas gestas para hacerlas notables y ejemplares. Que contagie desde el poder político al capital privado a sumarse.

No “faltaron” medallas ni se “quedaron en el camino”. Cuanta pobreza en esta gestión. Falta una visión gubernamental de alto rendimiento y largo plazo. Dejar de hacer lo mismo.

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