Hartan los recuentos de las conferencias; las veces que afirmó que esto estaba domado, que estábamos preparados, que la pandemia nos vino como anillo al dedo; que si la curva, que si la raza de bronce, que si el Detente, que si la etiqueta sanitaria de un pueblo al cual los cubrebocas le vienen guangos; de fechas erradas y pronósticos fúnebres rebasados. A pesar de la evidencia, el zar contra el Covid-19 de la 4T goza de cabal salud.
Para la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, estamos ante la crónica de una catástrofe anunciada.
Desde abril las proyecciones internacionales auguraban este desastre si se seguían aplicando las políticas de salud de entonces contra la pandemia. Estamos aún en la parte de ascenso de nuestra epidemia local y si no se hace algo, esto será más grave.
En México podríamos llegar a 122 mil muertos a inicios de noviembre, es decir, 70 mil fallecimientos adicionales a los 50 mil 517 que llevamos. El bajísimo número de pruebas diagnóstico, no cerrar fronteras, falta de controles internos de tránsito y medidas de mitigación incompletas, forman parte de una estrategia federal errónea. Naciones de Europa hicieron mal las cosas al principio y corrigieron, ahora tienen menos muertos que México.
Recriminó que las autoridades insistan en que ha sido una estrategia exitosa sólo porque hay disponibilidad hospitalaria. Esto significa que nunca entendieron su trabajo, pues el principal objetivo es no perder ni una sola vida, y sí, hay muchas camas, pero porque muchos se mueren en casa, camino al hospital o afuera. El 88 por ciento de las personas que mueren por Covid-19 hospitalizados, lo hicieron fuera de terapia intensiva, es decir, no tuvieron la oportunidad de utilizar un ventilador.
Las conferencias, asegura Ximénez-Fyvie, sirven sólo para la numerología que aporta nada, “parece que viven en una realidad alterna, es una desfachatez”.
Tomando la lógica del doctor López-Gatell de multiplicar por 3 el número de fallecimientos, tal como lo dijo a The Wall Street Journal hace dos semanas, habría actualmente 150 mil personas muertas por Covid-19; entonces, ¿por qué no se están contabilizando estos fallecimientos?
Remata: si el 90 por ciento de la población usara tapabocas se podrían disminuir hasta en 60 por ciento los contagios; López-Gatell nos hizo perder tiempo al no pedir lo que hoy, la OMS promueve para todo el mundo incluyendo, aunque millones no lo crean, al Gobierno de la 4T.
Pero no sólo hay críticas por parte de expertos de la UNAM (nuestra máxima casa de estudios), como la doctora Ximénez-Fyvie o sus colegas Alejandro Macías, Susana López Charretón o Malaquías López; reconocidos científicos en la salud y la epidemiología, algunos forman parte del Consejo Asesor de la Secretaría de Salud al cual, el zar contra el Covid-19 de la 4T, poco atiende.
Ayer, el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, informó que México puede superar los 153 mil decesos para diciembre. Sus estimaciones toman en cuenta las medidas sanitarias que existen y consideran que éstas tendrán una relajación gradual con la reapertura de varios sectores económicos.
En total podrían registrarse 153 mil decesos en el peor de los escenarios. Con una proyección media, la cifra sería de aproximadamente 118 mil, cantidad prácticamente idéntica a la que comentó la doctora Ximénez-Fyvie.
Por otro lado, el IHME de la Universidad de Washington alerta que en caso de reforzar medidas sanitarias (como el uso generalizado de cubrebocas) el nivel de decesos podría quedar en poco más de 104 mil. Sin embargo, en el escenario más pesimista México podría reportar casi 2 mil muertes cada 24 horas.
Lo peor del informe del IHME de la Universidad de Washington es que la métrica tiene como base los datos emitidos por las autoridades de la Secretaría de Salud. El estudio estima entre 195 mil y 571 mil contagios que se sumarán a los 462 mil casos oficiales reconocidos por las autoridades.
Mientras tanto, el doctor López-Gatell goza de cabal salud política, sin él, esto sería un caos, dijo ayer desde Baja California Sur su jefe, el Presidente López Obrador.
