Chiapas: no aprenden

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Minimizar lo que es nota periodística desde Chiapas, sólo porque disgusta en Palacio Nacional, es repetir los mismos yerros de hace tres décadas.

De zapatistas a milicias de credo, flujo de migrantes y los cárteles de Sinaloa y CJNG, peleando por las rutas de trasiego de drogas y seres humanos.

Todo entre cruces fronterizos porosos a conveniencia, pistas de aterrizaje para aeronaves ligeras, camufladas en la orografía chiapaneca. Narcoaeródromos que se observan desde el aire, pero nadie ve en tierra.

Sumemos la presión de Estados Unidos por hacer de nuestro paso con Guatemala la primera esclusa para frenar lo imparable, lo mismo al sur de México que al norte de África.

En entrevista con Gabriela Warkentin y Javier Risco para W Radio, el doctor Héctor Javier Sánchez, investigador titular del Colegio de la Frontera Sur, detalló hechos que retratan un estado de excepción en donde hay presencia, mas no intervención, de fuerzas federales destacadas para impedir la vulneración del orden institucional del país.

El académico cuestiona si es el temor a otro “culiacanazo” lo que determina que la fuerza del Estado sea una observadora pasiva ante la pérdida de potestad del Estado, en esa zona “acotada”. Sin embargo, en Jalisco, Zacatecas, Sonora y Guerrero, también hay burbujas de anarquía legal y jurídica.

En los hechos, en Chiapas, durante las últimas tres semanas el libre tránsito no es posible en Oxchuc, a la altura del arco de bienvenida ni en Mesbija. En Altamirano están bloqueadas las tres salidas y entradas. En la Trinitaria; en el entronque con Lagos de Montebello, barrio Los Pinos y la salida a Chamic a la altura de El Venado. En Motozintla hay cierres a la altura de El Mojón, Las Cruces y en la salida a Niquibil.

En esa región, a personal médico se le permite circular, pero con el riesgo de ser desacreditado por algún jefe de retén, lo que implica que su vida, a partir de ese momento, penda de humores y circunstancias fuera de toda lógica, control y protección en un Estado de derecho.

Las clases están suspendidas en varios municipios, hay cortes de luz y agua en Comitán y Comalapa. El crimen actúa a plena luz del día. La disputa entre el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco, es abierta. Pobladores reciben entre aplausos a columnas artilladas. No se sabe si por su voluntad, en contra o por elemental acción de supervivencia.

Ayer el Presidente López Obrador abordó el tema y dijo que era un asunto aislado. Propaganda de conservadores.

Hace 30 años el poder federal no supo leer lo que ocurría en los Altos de la Selva Lacandona. Las interpretaciones sobre lo que allá sucede no mejoran con el tiempo, ni con las alternancias ni con los mantras ideológicos del mandatario en turno.

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