A la hora de votar, ¿qué tan distinta es Claudia Sheinbaum de Xóchitl Gálvez y viceversa? Universitarias, gente de ciencia y saber, ambas ajenas a la pompa y circunstancias usuales en las órbitas de los poderes económicos y políticos.
En la competencia presidencial, el relevo en MC, Jorge Álvarez Máynez, se distingue por género, edad y nivel de conocimiento —menor—.
La falta de mayor contraste entre la candidata oficial y la de oposición beneficia a la que cuenta con más estructuras de poder, nacional y estatal, alineadas a su alrededor.
A la retadora la lastran los desprestigios ajenos, el de sus patrocinadores que, como aves de mal augurio, lo primero que hacen al zarpar a la contienda es apañarse los primeros botes salvavidas. Los líderes de PAN, PRI y PRD a la cabeza de listas plurinominales.
En la otra contienda, la que busca plataforma de futuro desde la Ciudad de México para la sucesión en 2030, el contraste se consolidó con la cancelación de Omar García Harfuch como mancuerna de Claudia Sheinbaum.
El exmando policiaco ganó la encuesta de Morena para ser candidato, pero en una maroma guinda, perdió su lugar por razón de paridad frente a Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa y figura relevante entre los puros de Morena.
Enfrente, los panistas, priistas y perredistas se acogieron al acuerdo que pactaron desde las elecciones mexiquenses del año pasado, allá fue una tricolor, acá tocó al PAN poner a Santiago Taboada en lisa contra Brugada.
En la percepción popular a la hora de votar ¿son realmente diferentes Brugada y Taboada? Sí y mucho. Por todo, por origen y desarrollo ideológico, por la textura de sus propuestas, por la influencia o la confrontación con el ícono popular que es López Obrador.
En la Ciudad de México, la elección es de alto contraste y eso, hace posible la competencia, hay tiro pues. Las proyecciones no dan la misma ventaja a la abanderada de Morena en la capital, que en la presidencial.
Si Harfuch hubiese sido candidato a jefe de gobierno, otro cantar sonaría. Y justo por lo que no fue, por los apoyos y las contras en ese proyecto, marca Sheinbaum, la duda se abre paso.
¿Quién conviene a la jefa Claudia que la suceda? Si Clara Brugada gana —hoy lo más probable— entonces en el proceso sucesorio de —en caso de victoria— la morenista mayor tendrá una protagonista, ajena a su grupo y a su línea.
Lo saben bien, la proyección y poder político que implican gobernar en la capital nacional, no lo da ninguna otra entidad, acaso el Estado de México sea lo más cercano.
Si los puros de Morena fracasan, entonces la heredera del bastón de mando de AMLO tendrá baraja completa para encartar o desechar lo que a su proyecto convenga en 2030.