Mala noticia es que el encargado del Gobierno federal para enfrentar la pandemia, el subsecretario Hugo López-Gatell, continúe con el encargo presidencial cuando su palabra no vale, consagrado como rey de las mentiras y la confusión.
El debate sobre la pertinencia de vacunar a menores de 18 años (y mayores de 12) en México, ha ido a derroteros erróneos; que un menor vacunado quita la oportunidad a un adulto de ser protegido, es disyuntiva mañosa. Corriente. Es como decir que por cada bolillo para el susto telúrico se pierde una posible torta para el hambriento.
La Organización Mundial de la Salud recomienda la aplicación pediátrica de la vacuna en casos de riesgos paralelos a la salud. La vacuna de la farmacéutica Pfizer tiene aval de la FDA estadounidense y de la Cofepris mexicana para su aplicación de emergencia (no comercial) en menores de edad.
En México no se vacunan niñas y niños sin amparos simple y sencillamente porque no hay dinero ni acuerdos o donaciones suficientes para abarcar a ese segmento poblacional. Hay lo que hay y alcanza para lo que alcanza, diría el aludido. Por cierto, van 262 suspensiones judiciales a favor de menores que la autoridad, a pesar de los dislates verborreicos de López-Gatell, ha cumplido aplicando dosis de Pfizer.
La prelación de adultos mayores primero y subsecuentes rangos de edad es correcta. Alboroto gratuito y protagónico por no llamar a las cosas por su nombre, por envolver la realidad con un fallido discurso políticamente complaciente, que al funcionario ayuda a usar el escaparate.
Sucedió con sus proyecciones de hace más de un año sobre el probable número de muertes por Covid-19 o la utilidad de las mascarillas cubrebocas, o la cromática del semáforo epidemiológico que terminó daltónico. A Gatell la reyerta alimenta. Fuerza moral, no de contagio. Pase a la historia por la puerta del absurdo y la tragicomedia.
El video de Zulma, la niña de Veracruz reclamando que a pesar de las palabras de López-Gatell —y adjuntó video para más señas— donde reconocía que a jóvenes entre 12 y 17 años con alguna comorbilidad se les administraría la vacuna; cosa que no ocurre con Zulma ni con amparo judicial, fue el detonante de su más reciente resbalón, el de inmunizar al nieto a costillas del abuelo.
Pero corregir es lo suyo; “un millón de niños y adolescentes de 12 a 17 años en México tienen factores de riesgo para presentar cuadros graves y/o morir por Covid-19, por lo que recibirán la vacuna contra el coronavirus. Es indudable el beneficio que tendrá este sector y es posible hacerlo, porque una de las marcas comerciales ya tiene la autorización para su uso de emergencia en este grupo de edad”, afirmó Hugo López-Gatell en dos entrevistas donde afirma que no lo han corrido. Lástima.
Hoy en Piedras Negras, Coahuila, inicia la vacunación a menores de edad. ¿Quién es quién en las mentiras y enredos arteros?