Joe Biden asumirá la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero. Antes de ganar, el demócrata de 77 años —cumplirá 78 dentro de diez días— llamó sin éxito dos veces a las puertas de la Casa Blanca: la primera en 1987 y la segunda, en 2008. Durante ocho años fue el número dos en el escalafón burocrático del poder estadounidense.
Andrés Manuel López Obrador se colocó la banda presidencial en su tercer intento, con 65 años cumplidos. Es, desde Victoriano Huerta, quien nació en 1845 y asumió en 1913, el mandatario con más edad al asumir el poder. Como Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, de 2000 a 2006, tuvo la posición política más relevante y de mayor proyección política después del Jefe del Ejecutivo federal.
Joe Biden será el Ejecutivo más viejo en asumir el poder. Es un lobo de mar. AMLO también. Biden no buscará la reelección; en 2024 tendrá 82 años y hace meses fue internado por un aneurisma cerebral. En 2013, el hoy Presidente de México sufrió un infarto agudo al miocardio del cual se recuperó sin secuelas.
López Obrador descarta buscar o forzar su reelección en 2024. Aquí el sufragio es efectivo y la prolongación de mandato no es posible; sin embargo, cuando el poder se concentra en una hiperpresidencia, como ocurrió en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y en el actual, siempre se especula con tal probabilidad.
Biden enviudó de su primer matrimonio. López Obrador también. Ambos están casados en segundas nupcias. Los dos procrearon nuevas familias.
Quien será el Presidente número 46 en la historia de Estados Unidos se ve como un mandatario de transición, uno que llega para unificar. Para López Obrador la conciliación no es su fuerte. La polarización sí. Pero ambos pretenden arreglar lo que sus antecesores descompusieron.
Kamala Devi Harris será la primera vicepresidenta en Estados Unidos, tiene 56 años. Claudia Sheinbaum goza de la misma plataforma que catapultó a López Obrador a tres campañas presidenciales, el gobierno de la capital nacional. Sheinbaum tiene 58 años.
Joe Biden se ve como un presidente de transición. López Obrador como un transformador. Es un demoledor que busca destruir tanto como pueda para que, si vuelven los de antes, no puedan reconstruir un sistema neoliberal injusto, inequitativo y rapaz.
Kamala Harris podrá, dentro de cuatro años, apuntarse en la competencia por la oficina oval de la Casa Blanca. Claudia Sheinbaum también en cuatro años estará buscando ser la primera presidenta de México.
Se ven y comportan tan diferentes, pero AMLO y Biden tienen más coincidencias en tiempo y circunstancias políticas, de las que a primera vista se observan.
Los mercados saludaron a Biden, jefes de Estado felicitaron al demócrata; los mandatarios de China, Brasil, Turquía y México, no. Tras el anuncio de la vacuna contra el Covid de Pfizer y BionTech, Joe Biden hizo un llamado urgente para que todo mundo utilice el cubrebocas y deje de verse como una absurda posición política.