Lealtades, embajadas y consulados

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Antes, el Gobierno echaba mano de embajadas, consulados y agregadurías en las representaciones de México, alrededor del mundo, para premiar o estimular a actores de interés político.

Ahora, el Gobierno echa mano de embajadas, consulados y agregadurías en las representaciones de México, alrededor del mundo, para premiar o estimular a actores de interés político.

¿Se incurre en alguna ilegalidad si un historiador o exgobernadores de oposición o leales funcionarios descartados del gabinete legal y ampliado, viajan al mundo a representar nuestra pluralidad velando por los mejores intereses de la Nación, más allá de sus signos partidistas e ideológicos? No.

Contrasta entonces fustigar retóricamente usos y costumbres del pasado revolucionario-neoliberal, si hoy algunos de sus rituales más acendrados se reproducen sin empacho.

Es potestad del jefe del Poder Ejecutivo nombrar y remover funcionarios o diplomáticos —es ese apartado con el aval del Senado—, así que lo que ahora decide y anuncia el Presidente López Obrador está dentro de su ámbito de poder. No existe pues, nada indebido, sólo que, como en otros casos, se echa de menos más racionalidad retórica, una mejor valoración de la inteligencia popular.

También asiste la razón al mandatario cuando confronta al líder del PRI por amenazar con despedir de su militancia a los exgobernadores que osen aceptar los puestos anunciados en Barcelona, República Dominicana y España.

¿No acaso es un reconocimiento a su capacidad esa intención presidencial de hacerlos embajadores o cónsules? Debería. Pero no.

Para el senador Miguel Ángel Osorio Chong, coordinador tricolor en la Cámara alta, los propuestos traicionan a la militancia, a la de abajo que trabajó para que unos pocos tengan el privilegio de servir y representar al partido; está convencido, Quirino Ordaz, Claudia Pavlovich y Carlos Aysa, no deben aceptar.

Para el Presidente López Obrador la amenaza de expulsión por parte de Alejandro Moreno es un exceso de rudeza. ¿Qué necesidad? Será a base de estridencia que Alito pretende desmontar la versión de un ablandamiento del PRI, respecto a la Reforma Eléctrica que se debate en el Congreso, que les dan para que acompañen la votación en San Lázaro. Es política y todo cabe.

Adán Augusto López y Ricardo Monreal. El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, el morenista Ricardo Monreal, compartió en redes sociales su fotografía junto al titular de Gobernación, Adán Augusto López, durante el encuentro que presumió tuvieron para organizar los temas prioritarios en la agenda legislativa de la Cuarta Transformación.

UNO. La imagen habla por sí sola, Ricardo Monreal es el interlocutor validado para hacer la tarea que a AMLO importa en el Senado. La especie esparcida sobre su salida de la Jucopo queda conjurada. La línea la trae él, el control también. Bien.

DOS. La imagen habla por sí sola, Ricardo Monreal ya no acuerda con el Presidente en mexicanísimos desayunos en Palacio Nacional. Su nuevo canal es el inquilino de Bucareli. La distancia entre el mandatario y el legislador queda patente, ya no hay tamal. Mal.

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