En el proceso judicial que la FGR sostiene en contra de los exdirectores de Pemex, Carlos Treviño Morales y Emilio Lozoya Austin, destaca el mayor pecado de Lozoya cometido en contra de la empresa productiva del Estado a la que debía servir, no servirse de ella.
No fue la compra a precio inflado de la planta Agronitrogenados a Altos Hornos de México de Alonso Ancira, por la que se pagó 200 millones de dólares. Al respecto la justicia le ha concedido 14 días más para aportar pruebas; tampoco haber recibido 10 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de asignarle contratos.
Por esos señalamientos Alonso Ancira busca cómo devolver los primeros 50 de más de 200 millones de dólares, su defensa alega que traen lío entre fideicomisos en Texas y pagos a Pemex aquí. Lozoya confesó los sobornos de Oderbrecht, sus abogados y familia buscan un acuerdo reparatorio con la FGR para lo cual ponen sobre la mesa propiedades y efectivo por 5 millones de dólares.
El otro exdirector de Pemex requerido, Carlos Treviño Morales, indiciado por Emilio Lozoya, reveló que está señalado porque en su calidad de Director de Administración primero y General después —2017—, ayudó a integrar la carpeta en contra de su antecesor. Vil revancha.
Treviño Morales detalló al ministerio público cómo el 3 de diciembre de 2012 Pemex Gas y Petroquímica Básica firmó un convenio modificatorio al contrato de venta de Etano a Braskem-Idesa, modificación que anuló la cláusula de inmunidad a la que Pemex tenía derecho.
“El Vendedor acuerda que este Contrato y las operaciones contempladas en el presente constituyen actividades comerciales del Vendedor. En la mayor medida permitida por la Ley Aplicable incluyendo de manera enunciativa mas no limitativa el artículo 4 del Código Federal de Procedimientos Civiles y la Ley Federal de Bienes Nacionales, en este acto el Vendedor expresamente renuncia de forma irrevocable, con relación a si mismo y a sus activos, a cualquier derecho de inmunidad que tenga ahora o en el futuro, bajo la ley de cualquier jurisdicción derivado de cualquier proceso legal para hacer cumplir un laudo arbitral que resulte de cualquier procedimiento de arbitraje, ya sea, proceso, inmunidad de jurisdicción o decisión de cualquier corte o tribunal, e inmunidad para embargo preventivo de sus bienes o para la ejecución de una sentencia”.
Es decir, si se da un pleito entre Pemex y Braskem, éste tendrá que dirimirse en tribunales internacionales sin posibilidad de que Pemex pueda atraer el caso a tribunales de México. Incluso, podrían embargarle cualquier bien ante un laudo. Eso sin duda es haber entregado la soberanía.
Que Emilio Lozoya haya hecho que Pemex renunciara a la Inmunidad Soberana, ha costado al Estado más de 140 millones de dólares, por eso es imposible, como se dijo en la conferencia de prensa del Presidente López Obrador del viernes 12 de noviembre, que Pemex acepte 5 millones de dólares como reparación de daños. Su pecado fue mayor.
