El Gobierno de México reportó el jueves el mayor aumento diario de casos confirmados y casos activos por Covid-19, ayer casi se supera.
La Organización Mundial de la Salud advierte que el mundo está en fase crítica ante los desconfinamientos anticipados. La Universidad Johns Hopkins señala que México tiene la tercera tasa de letalidad más alta, sólo superada por las de Italia y Reino Unido.
También el jueves, el asesor en emergencias de la Organización Panamericana de la Salud, el doctor Jean Marc Gabastou denunció que en México el IMSS, ISSSTE, Pemex e institutos nacionales de Salud no empatan cifras, cada uno tiene su metodología y estadística. Y la Secretaría de Salud de la CDMX reconoció que hay más de 500 mil casos leves de Covid-19 atendidos a distancia gracias a la aplicación móvil con que cuenta el gobierno de Claudia Sheinbaum.
La necia curva no se aplana, la bestia se resiste a ser domada. El Presidente López Obrador soltó, desde Morelos en el último día de su periplo semanal una recomendación: atentos para que el Covid-19 no nos sorprenda con mayores fatalidades.
Dotando de vida y personalidad a la sorprendente pandemia, el mandatario no se atrevió a ignorar la gravedad del contexto que vive el país con una frágil sanidad pública y una muy robusta catástrofe económica. Pérdidas de ingreso nacional y personal, decaimiento de inversión pública y privada, cancelación de empleos formales e informales y perspectivas de bienestar colectivo pospuestas por años.
La estrategia presidencial; nunca ser ave de mal agüero, siempre jilguero que anuncia mejores tiempos, impide que semejante realidad se incruste en sus prédicas transformadoras. Pero sabe lo que viene y lo sabe bien.
Por eso abre frentes, lanza señuelos, provoca, da golpes de efecto, captura la conversación social. Los claxonazos de protesta que el frente anti AMLO le organizó temprano ayer en Morelos fueron música para el oído presidencial que circunscribe ése y otros reclamos a un contexto electoral adelantado con intención. Traslapar el aterrizaje sinfín de la pandemia con un referéndum político de facto a su gestión es un mal menor que el experto en campañas asume como su mero mole.
Las renuncias secuenciales de Mónica Maccise, Mara Gómez y Asa Cristina Laurell al Conapred, a la CEAV y a la Subsecretaría de Salud respectivamente, son preludio dice el mandatario, de otras que vendrán. “Para que se vayan acostumbrando”. El clima social y el riesgo electoral obligan a que todo cuanto ocurra se mire a través de la lente de su disyuntiva vital; o con nosotros o contra nosotros.
La crítica será traicionera simulación, gatopardismo intolerable; a partir de ese axioma, preparémonos para un proceso electoral intermedio más largo que la pandemia.
Lo que a las finanzas nacionales y personales les ocurra durante el resto del año y la métrica final del retroceso en el valor del Producto Interno Bruto del país, será explicado como noble consecuencia de optar por fin, por rescatar a los pobres, no a los ricos.
Más dinero entregado de mano en mano y nada de estímulos fiscales. Como dato: Colombia suprimió temporalmente el IVA para la reactivación económica. De lo que Estados Unidos o Alemania han hecho mejor ni hablamos. Ellos son ricos, nosotros no.
El colapso del PIB 2020 tendrá como paliativo, propaganda emancipadora de miserias y diatribas condenatorias de riquezas. ¿A quiénes secuestran? A los que tienen, reveló el Presidente. El Covid-19 fue importado a México (y a todo el mundo más allá de Wuhan, China) por un segmento de población con alto poder adquisitivo, ilustró Hugo López-Gatell.
Con cerca de 60 millones de pobres en el país más los que se acumulen a consecuencia de la pandemia, las asistencias directas producirán inevitablemente una gran dependencia ideológica-programática de la 4T en esa mayoría.
Las bajas que ocurran en el México que “tiene”, no alcanzarán el volumen de los que no y por eso reciben. La ecuación se explica sola. El descenso de la pandemia tardará por los rebrotes. Para cuando la vacuna sea asequible aquí, las elecciones habrán ocurrido. Adaptar la cruda realidad es virtud de aquellos cuyo mero mole es hacer de la adversidad, virtud.
