El plan C

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Con Claudia se garantiza la continuidad en la economía, con el carro completo en el Congreso, el camino está trazado.

Rogelio Ramírez de la O permanecerá en la Secretaría de Hacienda. El súper peso sufrió turbulencias tras la noticia. Algo de sorpresa por la contundencia y amplitud del triunfo de la 4T.

Toca a la candidata ganadora estabilizar el barco con racionalidad y no sólo ideología. Claudia Sheinbaum tiene frente a sí la oportunidad para construir una nueva imagen, la de una mujer de Estado, la racionalidad científica en el enfoque de los grandes asuntos. Al tiempo.

A la oposición debería no quedarle más que mirarse al espejo y reconocer su desgracia, pero eso no sucederá. PAN, PRI y PRD amarraron para sus patrones los primeros asientos plurinominales en las cámaras, así que ellos gozarán sus fueros y dietas a cambio del desprestigio. Vivirán igual.

En la efímera memoria colectiva permanecerá Xóchitl en la piedra de los sacrificios rodeada de sus Judas hablando de ganancias con Santiago Taboada y la sonrisa congelada por el espejismo de la victoria mentirosa.

Políticos mirando por lo suyo, que no es lo nuestro. Cínicos contumaces. En Diputados, 365 curules para Morena, PT y PVEM. Poder parlamentario para imponer sin debatir. La tentación que también tendrá que ecualizar Claudia Sheinbaum.

Para los duros de Morena, triunfo en la Ciudad de México. Para los moderados, la Presidencia. En cuanto a los representantes populares, la gente atendió la petición de su candidata y le dio todo.

Por cierto, participamos menos electores que en 2018. Las mareas nomás marearon en redes con fotos; ilusión reduccionista del ciudadano hiperconectado, pero desinformado.

México volvió a ser más amplio que nuestras cadenas de WhatsApp, líneas de X, TikTok o Instagram. El Presidente López Obrador apostó por la radicalización social, pero buena parte —no la mayoría— de los ciudadanos, nos extraviamos solitos al creer que todo lo que sucede en nuestro móvil es real.

En efecto, hay otros que no conocemos, vemos ni atendemos con visión y percepción distinta. Las urnas electorales emparejan el peso de nuestras opiniones, más favorecidos o menos ignorantes, el derecho a elegir no sabe de clases ni clasismo. Por fortuna.

A la futura Presidenta le esperan desafíos sociales, económicos y políticos mayores, el segundo piso de la 4T debe profundizar aciertos y corregir errores, no pocos, con método y trabajo. A los gobernados nos corresponde sacudir fobias y airear nuestras redes y perspectivas, menos fanatismo y más información.

El árbitro. El nuevo INE, bajo la presidencia de Guadalupe Taddei, tardó como nunca en anunciar ganadora, hasta el filo de la media noche salió, bien. Demoró para mostrar números amplios y certeros; sin embargo, nada les costaba explicar eso con sentido de oportunidad y atajar las sospechas al amparo del vacío en su comunicación “social”.