En el INE, Guadalupe Taddei batalla no por legitimar su presidencia, sino por hacerla funcionar.
Gobierna desde abril, tardó tres meses en llenar nueve direcciones y coordinaciones claves en la operación del Instituto. En ese periodo lleva dos propuestas para la posición de secretario ejecutivo rechazadas. Va por la tercera con Roberto Carlos Félix López.
Tres cuartas partes del año, Taddei ha estado con la oficina más importante en la estructura del INE, acéfala, sin facultades legales para firmar y tomar decisiones, porque quien atiende ostenta la calidad de encargado de despacho. Así las cosas, la parálisis del INE no es una exageración y sí es un peligro para México.
Los apetitos ideológicos de algunos operadores de la 4T, metiendo mano en la composición de ese entramado institucional, ha puesto al árbitro de la elección más concurrida de la historia, en una posición frágil ante lo que viene, una carga contenciosa sin precedente.
Y del otro lado del mostrador, el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal también acusa, a medio año de los comicios, una nueva crisis de gobernanza.
Cuatro efímeras presidencias en el máximo tribunal en materia de elecciones desde 2019, dos interinatos y ahora, nueva revuelta del pleno de jueces que quieren la renuncia de Reyes Rodríguez Mondragón como magistrado presidente.
El repudiado encargado del pleno informó ayer que no va a dimitir y se manifestó abierto al diálogo con sus pares. Otra vez, el cuerpo colegiado, que deberá definir en última instancia las impugnaciones y protestas del proceso electoral, está con una mano en el trabajo y con la otra en la guerra intestina.
El INE y el TEPJF preocupan. Si bien hoy mismo parece que la elección presidencial de 2024 difícilmente será una competencia cerrada, habrá miles de cargos en juego, desde gubernaturas hasta diputaciones y senadurías que se van a resolver en las mesas de apelación del INE y del tribunal.
Árbitros y jueces electorales débiles, abonan a la devaluación democrática del país cuando el régimen que gobierna pugna cotidianamente por acabar con las instituciones autónomas.
Bajo la premisa de “nada le aportan al pueblo”, las huestes lopezobradoristas están volcadas en posicionar la idea del derecho y la justicia moral, como ejes rectores del Estado.
Una doctrina fallida que revive los postulados del priismo más repudiado hace apenas unos años, la razón que dan las causas populistas por encima de leyes y las certidumbres que de ellas emanan.
Nuevo Monterrey
De lo perdido lo que aparezca, Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, capitaliza, con su nominación para alcaldesa de Monterrey, el papel que su marido hizo al buscar la nominación presidencial de MC.
La influencer tiene todo para ganar la investidura que hoy presume Luis Donaldo Colosio, quien buscará llegar, del naranja, al Senado.