Carlos Urdiales

Rosario vs. Lozoya

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Urdiales 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Rosario contra Lozoya, dos rostros que retratan lo mucho que nos falta por transformar al sistema de impartición de justicia en México. Un semblante demacrado, pero valiente. Otro cobarde y cínico. Una, entre rejas y cemento; otro, en el confort reservado a amigos de otros tiempos, usos y costumbres. 

Con la Ley utilizada como ariete o como bálsamo, la justicia mexicana se exhibe con los procesos penales en contra de Rosario Robles y a favor de Emilio Lozoya. Figuras estelares del sexenio pasado, hoy protagonizan narrativas opuestas, delatan un uso del Ministerio Público que se juró desterrar.

Al que robó, huyó y lo pescaron, criterio de oportunidad, concesiones; arresto domiciliario, amnistía a familiares cómplices y un año, con sus días y noches, para entregar lo que prometió aportar; pruebas contundentes que liquidaran a neoliberales prianistas, mercaderes de reformas estructurales a cambio de muchos pesos. Un año y nada. Ahora, prórroga de un mes, en principio.

La Fiscalía General de la República (FGR), con guante de terciopelo, no apura ni molesta al exdirector de Pemex quien aceptó haber traficado con su poder e influencia a nivel trasnacional. Lozoya habló mucho de Luis Videgaray, de legisladores, de empresarios afines al régimen anterior, pero sus dichos no prueban nada.

Sólo el panista Jorge Luis Lavalle está sometido a prisión e investigación. Emilio Lozoya goza de gracia justiciera.

Rosario Robles cumple un año y diez meses recluida en el penal de Santa Martha Acatitla, al oriente de la ciudad que gobernó, acusada de un delito no grave; ejercicio indebido del servicio público en su modalidad de omisión relacionado al caso de la llamada Estafa Maestra.

El juzgador del caso, sobrino de sus enemigos Padierna y Bejarano, dictó prisión preventiva en cuanto volvió del extranjero —tras enterarse que tenía una causa en su contra— y presentarse voluntariamente a declarar. La encerraron. Los recursos de revisión se rechazan uno a uno. Veintidós meses y contando.

En junio un juez de circuito concedió y ordenó revisar la medida cautelar en contra de Robles Berlanga. Un mes después, la FGR junto con la Auditoría Superior de la Federación (ASF) recusan el fallo. Su alegato implica como mínimo otro mes de papeleo y demora. Las chicanadas gozan de cabal salud.

FGR y ASF apelan, piden que se mantenga prisionera en tanto accede a cooperar; dar información que incrimine a los mismos que, por el caso Lozoya-Odebrecht, no han podido. Rosario padece la desgracia justiciera.

La diferencia de trato por parte de la FGR es evidente. Al exdirector de Pemex, un año y sumando de privilegios y concesiones tras huir del país. A la exsecretaria de Desarrollo Social, arbitrariedad judicial para mantenerla en prisión a pesar de afrontar sin deuda ni miedo a la justicia.

Firme y digna, Rosario Robles se sostiene, no dará lo que no tiene. No va a inventar, como otros, aunque eso pague. Ante su falta de profesionalismo y deslealtad, hace meses despidió de su grupo de defensa legal a Sergio Ramírez, abogado a cargo del expediente en su contra por delincuencia organizada —ése sí, delito grave que impide la prisión domiciliaria—. Ramírez buscó ser diputado por Morena. Así la contradicción ética en detrimento de Robles.

El protagonismo de Sergio Ramírez patente en episodios mediáticos del caso, habló sin coordinación ni autorización de Epigmenio Mendieta, defensor en jefe y único autorizado por la maestra Robles para posicionar sus asuntos ante la prensa.

Mariana Moguel Robles, hija de la expresidenta perredista, precisó que no hubo “renuncia” de Ramírez sino despido. Último engaño; que ante la negativa de su defendida a soltar la inexistente sopa que la FGR demanda, se bajaba del caso. Sergio Ramírez dejó de lucrar con notable causa ajena.

Finalmente, si no ayuda, ilustra. El expresidente Vicente Fox subió a sus redes sociales: Robles es un “verdadero ejemplo ante la injusticia”; denunció que la exsecretaria de Desarrollo Social sufre atropellos a sus derechos y abuso del gobierno “para obtener ‘verdades’ que no existen”.

Historias sobre la marcha que detallan el parto de una nueva hegemonía prolija en arreglitos con unos e infundada sevicia con otras.