En Morena manda quien manda. A Mario Delgado tocó orquestar el kilométrico anuncio para —por fin—, dar a conocer los postergados resultados de las encuestas espejo, más la de su comité, que fueron los mecanismos para decidir quiénes van a defender a la 4T en la disputa por nueve gobiernos locales en 2024.
“Transparencia” dice la propaganda oficialista sobre el espectáculo político del viernes. La lógica y práctica periodística los refuta; fue un acto de comunicación política que llevó a lo opuesto, a la opacidad.
Dieron —escondieron— la nota al amparo de la madrugada del sábado, Harfuch ganó, pero Harfuch perdió y la jefa Claudia asumió.
El montaje del viernes, con encuestadores externos, validando las internas, sirvió para saber que Omar García Harfuch es el político morenista mejor posicionado para contender por la jefatura de gobierno en la Ciudad de México, pero que será Clara Brugada, la cercana al Presidente, y no a la futura candidata insignia, la probable próxima inquilina del Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Y desde ya, corcholata 2030.
Al tiempo, el Frente Amplio por México en la capital nacional, hizo lo conducente para que los y las aspirantes del PAN, PRI y PRD apoyaran a Santiago Taboada como candidato opositor. Taboada versus Brugada componen el binomio que habrá de radicalizar discursos y proyectos en la disputa por la posición, hasta ahora, de la que salen candidatos a la Presidencia.
A Harfuch le espera el Senado o una cartera en el potencial gabinete de Sheinbaum. O ambas. La cuota de paridad de género fue coartada inmejorable para Morena, el discurso utiliza de pretexto lo que la política acomodó de esa manera, pero igual pudieron hacerlo diferente y salvaguardar, al favorito de la jefa.
No lo hicieron porque no lo ordenó quien todo sabe y decide desde afuera del partido. Así nacerá la candidatura grande, con la cicatriz de la primera, de muchas, pugnas internas entre duros y conciliadores, de los orgánicos que reclaman para sí el derecho de remozar la Patria y los de visión incluyente, de los que ven la política como medio, no como revancha.
Marcelo, con lo mismo
¿Nado sincronizado? MC subió a Samuel García en la víspera de que Marcelo Ebrard resolviera quedarse en la 4T celebrando —¿podía ser de otra manera?—, que se le reconozca. Que en el proceso en el cual Claudia Sheinbaum le ganó, hubo irregularidades. Pequeñas, no grandes, pero tuvo razón, ¡qué alivio!
Planchado el asunto. Si MEC queda, coloca a su grupo, pide amor y para adelante. O sea, unidad por necesidad en estado puro.
Movimiento Naranja va con el gobernador de Nuevo León a dar la batalla y polarizar la elección presidencial entre los pro López Obrador y los anti, encabezados por él, más incluso, que por Xóchitl Gálvez.