Todavía es la corrupción

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Carlos Urdiales *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Hoy es el Día Internacional contra la Corrupción, la campaña de este año es: “Tu derecho, tu desafío; dile no a la corrupción”. Desde 2003, la ONU aprobó la Convención de Mérida para combatir el flagelo global que implica.

En 2018, México eligió a un Presidente cuya bandera durante 18 años fue la honestidad. Hace tres años experimentamos un cambio de régimen que acabó con la corrupción por decreto.

Sin embargo, es todavía la corrupción, moneda corriente en el imaginario colectivo nacional. Es corrupción el fuego amigo con el que los grupos al interior de la Cuarta Transformación se atacan unos a otros para posicionar a sus facciones y proyectos rumbo a la sucesión presidencial.

México ocupa el lugar 124 de 179 naciones encuestadas, en el índice mundial sobre percepción de corrupción 2020. Es decir, en el mundo nos perciben como muy corruptos. A pesar de la retórica y las buenas intenciones, la imagen, dentro y fuera de casa, permanece mal y de malas.

Hoy como hace seis, doce, dieciocho, veinticuatro o treinta años, los escándalos sobre presuntos actos de corrupción producen mucha desinformación, siembran incertidumbre sobre la probidad de sus servidores públicos y al tiempo una certeza, la ambición o el gusto por la prosperidad material, acompaña a los gobernantes de todo signo partidista, de toda era ideológica.

No basta con predicar austeridad y honestidad, el ejemplo juarista sobre medianía en la vida privada de los servidores públicos es, hasta ahora, una utopía. Las riquezas legítimas son complicadas, vergonzantes, duras de transparentar, cuando desde la cúspide del poder se pretende imponer un desapego de lo fatuo a colaboradores o funcionarios de otros poderes, que no comulgan con una filosofía personal, no contagiosa.

Hoy no sólo en México sino en el mundo, se pone énfasis en lo dañino que es la corrupción en sus múltiples expresiones y alcances. Como sociedad siempre ayuda exigir con el ejemplo, sabemos que AMLO exige gobernar con lo mismo, pero igual podemos acompañar como ciudadanos, poner el ejemplo a los de arriba que, está claro, son muy aspiracionistas o muy poco franciscanos.

Vacunación sobre la marcha. Los cuestionarios sobre síntomas o sospechas de contacto con casos de Covid-19 no sirven. Las vacunas de refuerzo sí funcionan. El cubrebocas no da una falsa sensación de protección, ayuda a prevenir contagiar y contagiarse. La vacuna a menores de edad es viable y recomendable, no sólo porque así lo determinó la justicia mexicana, sino también la evidencia científica global.

La variante Ómicron parece no ser más peligrosa que la variante Delta, pero sí más contagiosa. El Covid-19 es muchísimo más peligroso que la influenza estacional. El escenario más catastrófico de muertes por esta pandemia, se ha superado cinco veces de manera oficial o más de ocho en la realidad, estimada desde afuera de la Secretaría de Salud.

El manejo de la pandemia es un aprendizaje continuo a nivel mundial. En México es improvisación permanente, sin memoria, sin rubor y al vapor.

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