Daniel Alonso

130 gramos

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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¿Cuánto es el peso de una camiseta de futbol? Con las nuevas tecnologías que hoy se implementan en el futbol, es imposible dar una cantidad exacta. Lo que si se puede afirmar con seguridad es que hay algunas que por la historia que cargan en el dorsal tienen un gramaje especial.

Y una vez puestas en algunos jugadores, se puede apreciar que a veces el peso parece de más de una tonelada. En nuestro país la de Chivas es una de ellas.

Para bien o para mal, jugar en el Guadalajara es especial. Sólo basta mirar las portadas de los diarios, los encabezados de la prensa online y las redes sociales después de la eliminación en los penales ante su actual coco, el Puebla. Es imposible pasar desapercibido cuando juegas en uno de los equipos con más seguidores en la nación. Es por eso por lo que los pequeños detalles son igual de importantes que los grandes acontecimientos.

Por esa razón, el “escándalo” del Palenque terminó por ensuciar aún más la eliminación; pero ojalá la directiva no se coma toda la basura que sale de los medios y piense que ése fue el factor que orilló al equipo a la derrota. No, el torneo de las Chivas fue muy malo y la novena posición de la tabla lo demuestra. Si no existiera el cruel repechaje, el Guadalajara se hubiera ahorrado el mal trago en Puebla.

Ahora, no con lo antes dicho se puede expiar lo ocurrido en la semana; probablemente la directiva concedió el permiso y aun así, me parece fue un error. Y si fue indisciplina, peor aún. No es la primera vez, al contrario, parece ya un requisito el ser amante de romper concentraciones para poder jugar en Chivas. La mala noticia es que ya parece normal en el futbolista mexicano el no sentir afecto por una camiseta, los tiempos cambian y la tradición más sagrada del Rebaño comienza a ser la propia cruz del equipo tapatío.

A estas nuevas generaciones de jugadores de Chivas parece que el peso de la historia las aplasta muy seguido. Lo que resulta curioso es que de la historia que se les habla a los actuales futbolistas, del gran Campeonísimo y aquellas épicas del equipo que se transformó en el más popular de México, es de hace casi 60 años. La historia moderna, la que podríamos considerar desde los torneos cortos en el universo de la liga mexicana, el equipo de Guadalajara va más o menos igual que los otros “grandes” de nuestro futbol: América lidera con cinco títulos, Pumas tiene cuatro, Chivas tres y el Cruz Azul, dos. Mención aparte merece el Toluca que amenaza con la octava estrella en esta era.

¿Qué sigue para las Chivas? Las voces incendiarias piden echar a todo mundo, incluyendo al actual dueño. Pero Amaury no venderá el equipo, al menos a corto plazo. Invertir millones y millones de dólares tampoco ha sido la solución.

Para el comienzo del siguiente torneo hay tiempo, lo que a veces el futbol siempre niega. La nueva directiva que quede tras la salida de Ricardo Peláez (quien ayer dejó su puesto como director deportivo) deberá aprovechar esta única oportunidad para hacer un análisis de las decisiones que han tomado y así ofrecer un proyecto, ya no digo ganador, al menos estable para el club.

Y los futbolistas deben reflexionar sobre el peso de la camiseta que cargan, entender que son sólo 130 gramos, que no pueden hacerse pequeños en los momentos que su fiel afición los necesita.