La bendición de Cibeles

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Bajo la mirada de la majestuosa Diosa Madre o Cibeles, como se le conoce también a esta deidad griega; desde el centro de la capital española, en plena calle de Alcalá y Recoletos, el epicentro del planeta futbol. En este espacio sagrado para el madridismo que saborea ya una nueva era dorada, en seis ocasiones durante los últimos 10 años, sus hinchas han vestido con sus colores a Cibeles y a sus leones, mismos títulos y mismo lapso, en el que hace 70 años dicha hazaña daba vida a la historia de triunfos y lo consagraban al Madrid como potencia del balompié.

Pareciera que existe una ley opuesta a la Murphy, en donde si algo pudiese salir bien, cuando se trata del Real Madrid, seguramente saldrá perfecto. Para muestra, los primeros 45 minutos de la pasada final en Wembley ante el Borussia Dortmund; de principio a fin, el equipo aurinegro dominó el partido, robaba y recuperaba la pelota en campo rival, generó 4 o 5 jugadas claras de gol y si no fue el portero del Madrid, era la mala fortuna en mal control o en el rechace que salía ligeramente desviado para que no llegara contrarematar algún jugador del equipo alemán.

Avanzaba el reloj, y cada falla de los alemanes era la confirmación del inevitable triunfo del Real Madrid. Y no podía ser diferente, con un córner, como sucedió ante el Atlético de Madrid en el minuto “noventa y Ramos”, con aquel remate de Sergio que significó la décima, pero esta vez fue Dani Carvajal, con otro cabezazo certero, se escribió la historia, 15 veces campeones, el eterno Rey de Europa, con poco futbol, pero siempre preciso, tocó el cielo del mítico Wembley.

En plenos festejos por la 15, como si todo el tiempo hubiera sabido como sería el desenlace al peor secreto guardado en el futbol, don Florentino Pérez hizo oficial la llegada de su última pieza para tener listo un Real Perfecto, como lo señaló la prensa alemana. Desde ahora, el club blanco está llamado a ganarlo todo, y Kylian Mbappe, comenzará a escribir su propia historia.

Para rematar los éxitos deportivos de los últimos tiempos, y como cereza en el éxtasis del madridismo, están las lágrimas del eterno rival, el Barcelona que sigue sumido en una profunda crisis. Esta nueva gestión de Joan Laporta está lejos de aquellos años dorados donde el Barca dominaba el mundo. Se fue Messi, explotó el caso Negreira, la deuda de los 1,200 millones de euros no cede y está a unas cuantas semanas de quedarse sin poder fichar en caso de que el club no logre desbloquear 40 millones de euros con LaLiga. De no lograrlo, el Barcelona podría quedarse sin fichajes en un verano donde Mbappé será el tema de todos los días hasta que comience la temporada. Los días de Laporta como presidente están contados.

Existe un embrujo cada vez que el Real Madrid llega a una final de Champions. De seis, van seis y las que se acumulen en un futuro que sólo se vislumbra color blanco. Bajo la mirada de su Diosa, la mitad de Madrid está protegida, el presente es glorioso y el futuro prometedor, el mejor club de la historia, amenaza con llegar.

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