Luz y sombra

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“Nuestro mundo ha entrado en una era del caos”. Fue la advertencia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el pasado 7 de febrero en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas. Desde los Gobiernos, hasta los ciudadanos, el planeta se encuentra en una división total. Este ambiente ha permeado en todas las esferas sociales y el deporte no ha podido escapar a esta nube gris. “No es la primera vez; pero la disfunción actual es más profunda y peligrosa”, añadió Guterres.

Hoy en día ni el fuego olímpico es capaz de apaciguar al mundo. En la época de los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, los reyes de la región firmaban un tratado para que los habitantes locales, atletas y los artistas pudieran viajar con seguridad a los Juegos Olímpicos. La tregua comenzaba 7 días antes y culminaba 7 días después de los Juegos. En este tiempo, la paz reinaba en la Tierra. En la era de los Juegos modernos, el Comité Olímpico Internacional colabora con Naciones Unidas para impulsar el mensaje de paz y fraternidad que desde el deporte olímpico se lanza al mundo entero.

Desgraciadamente, el deporte mismo, en este caso, el futbol en particular, esta lejos de promover y fomentar la armonía. Por temas del calendario, el futbol comenzó antes que todas las otras disciplinas, y todavía no se ha llevado a cabo la ceremonia de inauguración, y ya la primera imagen que ha dado la vuelta al mundo es el caótico encuentro entre la selección de Argentina y Marruecos en el futbol varonil. Invasión de cancha, agresiones del publico a los jugadores, un partido suspendido por más de dos horas y un triunfo marroquí que penosamente quedó en segundo plano.

“Insólito” ha sido el adjetivo que la prensa mundial ha utilizado para describir lo ocurrido en Saint-Étienne. ¿Qué es lo insólito?, ¿La revisión más larga del VAR?, ¿La reanudación de un encuentro de futbol después de hora y media?, ¿Que cada vez ocurran este tipo de sucesos en donde se desborda la capacidad de razonar como sucedió en Miami apenas hace unos días en la final de la Copa América?, ¿Qué hay humanos que parecen estar involucionando? O que cada vez nos acostumbramos y nos volvemos parte del desconcierto.

“¡Hay tanta rabia, odio y ruido en nuestro mundo actual! Cada día y a la mínima oportunidad hay guerra, parece. Conflictos terribles que matan y mutilan a civiles a niveles sin precedentes. Guerras dialécticas. Guerras de territorio. Guerras culturales. Los resultados están a la vista: una peligrosa e impredecible batalla campal con total impunidad”, dijo Guterres en aquella cumbre con la preocupación del desarrollo de “nuevas formas para matarse unos a otros y para que la humanidad se aniquile a sí misma”. Un mensaje para tomar en cuenta y reflexionar sobre lo que hoy retumba en nuestras mentes.

Mañana, en punto de las 11:30 horas tiempo del centro de México, dará inició, lo que promete ser, una de las inauguraciones más bellas en la historia de los Juegos Olímpicos modernos. El Río Sena, que cruza el centro de París, será el eje central de la ceremonia. La capital francesa, una de las ciudades más hermosas del planeta, será por las próximas semanas el epicentro del mundo, en donde los mejores atletas podrán competir y más allá de los triunfos y las medallas, mandarán mensajes a todos los rincones de la Tierra y podrán demostrar que los aros olímpicos están más unidos y fuertes que nunca.