Daniel Alonso

El meta que no sonreía

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“Para ser portero, debes estar un poco loco”. Premisa que en todas partes del mundo en donde se juega al futbol siempre suena. Muchos afirman que es la posición más complicada por la concentración que requiere y lo expuesto que queda el guardameta cuando el error llega. También es cierto que para aspirar a ser campeón, es requisito indispensable contar con un arquero que brinde seguridad, liderazgo y esté listo para esa atajada que sea definitiva para el título.

En las últimas horas se ha intensificado la discusión sobre el lugar en la historia que tiene Guillermo Ochoa en el futbol mexicano y si se merece la oportunidad de estar en una sexta Copa del Mundo. Sobre el primer tema hay que partir de que las comparaciones son ociosas y muchas veces odiosas; pero tarde o temprano se tropieza uno con ellas. Y es el caso de Guillermo Ochoa con Jorge Campos y otros históricos como Antonio Carbajal y Pablo Larios. Todos ellos porteros mundialistas y que están en la historia de nuestro futbol.

Pero, como es posible que Paco Memo después de ser titular en tres mundiales y prácticamente ser catalogado como un superhéroe mexicano por la prensa nacional e internacional no logre convencer al 100% de la afición y del periodismo mexicano. Tres variables son las que al parecer afectan al portero que hoy defiende el arco del Salernitana.

La primera es aquel 7-0 que la Selección Mexicana de Juan Carlos Osorio se comió ante Chile en la Copa América. Hasta el día de hoy aquel fantasma lo persigue. Incluso, el reciente 8-2 que el Atalanta le propinó a su equipo en la Serie A vomitó burlas y memes con referencia a ese resultado. Marcadores escandalosos que en efecto salpican al portero mexicano, a pesar de no ser el responsable directo de la derrotas, pero al final, en los libros su nombre queda registrado.

El segundo factor que juega en contra de Ochoa es el carácter de seriedad que siempre le ha acompañado y que muchos ven aires de soberbia. Guillermo Ochoa ha mantenido una carrera impecable desde lo deportivo; rompió el tabú de que los metas mexicanos no podrían competir en Europa y se alejó de los sueldos seductores por cumplir sus objetivos, a pesar de que sus equipos en Francia, España y hoy Italia fueran de nivel medio o bajo. Ese riesgo que corrió tuvo como recompensa afianzarse en la portería del seleccionado azteca. Su carácter ha sido debatido pero también ha sido clave en todos sus éxitos.

Y el tercero, es que en los años 90 existió la “Camposmanía”. El guardameta de Pumas y el tricolor se transformó en ídolo nacional gracias a sus atajadas, goles y el carisma que Acapulco, el surf y el mar siempre regalan. Antes nadie quería ser portero en las cascaritas, gracias al Brody aquello cambió. Bajo los tres postes ya no estarás preso, ya no sólo se trataba de detener los goles, ahora también podías hacerlos; el hombre más solo de la cancha se convirtió en el más alegre con risas y uniformes multicolores que le dieron la vuelta al mundo. Contra eso no hay discusión. Hasta en tema de comerciales Campos sigue vigente y tiene hasta más apariciones que Memo.

Son desproporcionadas las críticas negativas que quieren alejar a Ochoa de esa posible sexta Copa del Mundo; pero para Memo seguro eso no le afectará en su camino, ese carácter que tiene lo protege de ello. Está en los guantes de su competencia evitar el capricho de Memo.