Daniel Alonso

Prohibido no festejar

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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No importan los colores, ni tampoco importa de qué deporte se trate. El fin de semana resultó tal como muchos lo soñaban. Ya sea tocar el cielo de Europa, ver ondear la bandera mexicana en algún principado o ligar dos títulos consecutivos. Dedicarle este espacio a sólo uno de los acontecimientos deportivos que hicieron estremecer a sus aficionados sería injusto. Dicen que el que mucho abarca poco aprieta, pero esta vez vale la pena desafiar la sabiduría popular.

Catorce veces Madrid Rey de Europa y contando. Es la Champions League más sabrosa de todas, de esa manera tratan de ponerle palabras a todos los sentimientos que el madridismo experimentó las últimas semanas. Se salvó del precipicio ante el PSG, ante el Chelsea y regresó del más allá ante el Manchester City. No sufrir contra el Liverpool en la gran final hubiera sido un atentado contra la esencia de esta Champions y por eso, el Real Madrid decidió sudar sangre; y encontró en Thibaut Courtois al héroe de París.

El portero belga, ayer declarado oficialmente como enemigo público por la mitad de la población de Madrid (los hinchas del Atlético de Madrid quienes vandalizaron la placa de Courtois en el estadio colchonero), se consagró como el mejor portero del mundo y fue fundamental para mantener el cero ante el asedio del Liverpool que jamás dejó de luchar.

Unas horas después y a tan sólo 900 kilómetros de París, el piloto mexicano Sergio Pérez inmortalizaba su nombre en una de las carreras más prestigiosas de la Fórmula 1; su nombre ahora está grabado junto a grandes leyendas como Juan Manuel Fangio, Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna, Michael Schumacher y Hamilton. El segundo piloto de Red Bull amenaza ya a su compañero de escudería Max Verstappen y ya le pisa los talones en la clasificación general.

Es de todos conocidos que Mad Max suele exigir todo el protagonismo y ahora la gran incógnita es hasta cuanto durará la relación de cordialidad y sutil amistad entre el holandés y el mexicano; pero mientras eso sucede (o no), hay que seguir disfrutando el automovilismo de la mano del Checo que ahora es, el piloto mexicano con más victorias en la F-1 de toda la historia. Soñar con el campeonato mundial ya no es un disparate.

Y claro, si hay quienes no sueltan la mano, son los aficionados del Atlas; pero en su caso, es la de Diego Cocca la que jamás querrán soltar. Cocca, quien ya tiene un lugar seguro en perpetuidad de la historia rojinegra, se encargó de planear una gran liguilla tácticamente y claro, al igual que el Real Madrid, contó con las manos santas de Juan Camilo Vargas, el portero colombiano fue determinante en el juego de ida. Sin sus intervenciones, el Pachuca pudo traerse de Guadalajara incluso la victoria.

Si bien los Tuzos lograron recortar la ventaja en el Hidalgo, el segundo tiempo fue una obra maestra del Atlas de manejo de partido; poco a poco los tapatíos encerraron en una caja de desesperación y presión a los de Pachuca. Felicidades a todos los hinchas del Madrid que fueron a Cibeles (Colonia Roma), a los fans del Checo y de la F-1 y claro, a la afición del Atlas que después de varias décadas ya olvidaron lo que significa ser un simple mortal.