Daniel Alonso

La tormenta perfecta

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Daniel Alonso
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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No quiero sonar a ave de mal agüero, ni tampoco pesimista, pero cada vez el margen se reduce más y la Selección Mexicana no muestra mejoría alguna. Ésa es la principal conclusión después de los enfrentamientos del Tricolor ante los rivales de Conmebol. Uruguay nos pintó la cara jugando a medio gas y ante Ecuador se pudo perder tranquilamente. Gerardo Martino poco a poco pierde crédito y ahora hasta se echa de menos a Juan Carlos Osorio.

¿Qué esperar en la Copa del Mundo? Hoy la respuesta es cruel. Ante Argentina la derrota es casi garantizada; con la combinación del presente mexicano y el futbol inspiración que está desarrollando el equipo albiceleste de la mano de Lionel Messi, quien anotó cinco goles el fin de semana, hay que dar por perdidos esos tres puntos en el Mundial. Insisto, más que negatividad, trato de trazar un escenario realista.

Será ante Polonia con quien México se juega sus aspiraciones; pero hoy por hoy, el duelo pinta muy parejo, incluso las sensaciones en Polonia son positivas. Habrá que meterle toda la fe a ese juego y preparar los altares divinos que ayudaron hace cuatro años cuando Corea del Sur derrotó a Alemania y el Tricolor pudo avanzar de ronda en Rusia.

Pareciera que se formó la tormenta perfecta en torno a nuestro futbol. No es casualidad que uno de los peores momentos de nuestra liga coincida con el pésimo momento de la selección. El ambiente luce tenso y las expresiones que transmiten los convocados distan mucho de la ilusión de jugar una Copa del Mundo. Y qué decir de Gerardo Martino, su discurso ya no puede ni considerarse eso. Ya sus palabras suenan casi a excusas.

Pero esto parece preocuparle poco o nada a los dueños de nuestro futbol. Como el boleto está asegurado cada Mundial, el dinero sigue su flujo. Falta mirar las entradas de los compatriotas que abarrotaron las gradas en Estados Unidos para estos infumables juegos de México. Así que para el 2026 el panorama luce peor, ya que la clasificación es automática al ser anfitrión con Canadá y Estados Unidos.

Sólo queda aceptar nuestra realidad. México nuevamente asistirá a la Copa del Mundo a participar y claro, a brindar el color de la afición mexicana que nunca falla en los Mundiales. A todos los que hacen ese esfuerzo para asistir, habrá que viajar con plena conciencia del plano deportivo para que la caída no sea tan dolorsa. El color en las tribunas y calles de Qatar, es victoria garantizada para México.

Tal vez la única buena noticia es que el Mundial no se juega este mes como dicta la tradición. Quedan unos cuantos meses para que se pueda dar un giro de 180 grados y tratar de, al menos, generar un ambiente más alegre al interior del equipo. No tengo la menor duda de que los futbolistas saldrán en los tres partidos del Mundial a dejarse el alma y probablemente se consiga el pase a octavos sudando sangre y con buena fortuna; pero, como inicié este texto, no sé si sea un mal presagio pensar que Polonia y Argentina fueron los rivales de México en una de las peores participaciones de la Selección en la historia de los Mundiales.