Conocimiento al servicio de la comunidad

El pasado viernes, conduciendo rumbo al trabajo y escuchando el noticiero que conducen Ciro Gómez Leyva y Manuel Feregrino, me enteré de la dolorosa muerte del ingeniero Alberto Hernández Unzón.

La ciencia y el conocimiento son insumos fundamentales para el buen servicio público. La calidad del planteamiento del problema público, su análisis, las posibles estrategias, planes y programas que pudieran resolverlo, encuentran su fuente en el conocimiento, desarrollado en gran medida por la comunidad científica.

Al escuchar el mensaje en el noticiero, inmediatamente me vino a la mente aquella tarde del 4 de diciembre del 2018, en el que en una mesa de café el ingeniero y yo, compartíamos algunas ideas en torno a su repentina y sorpresiva salida del Servicio Meteorológico Nacional en un gobierno en ciernes. Ésta es una de las grandes instituciones del Gobierno de México perteneciente a la Comisión Nacional del Agua, donde decenas de mujeres y hombres dedican su talento a registrar, analizar e interpretar el estado del tiempo.

Alberto formó parte de esta gran institución por poco más de 29 años; dentro de ella recorrió prácticamente todas las posiciones desde meteorólogo hasta director. Aquel día 4 me parecía increíble —igual que ahora su muerte— que el servicio público perdiera a un profesional de su nivel. Era un especialista como pudieran serlo otros; sin embargo, lo que lo hacía diferente eran la claridad al explicar, la capacidad de comunicar, la vasta experiencia y su enorme generosidad. Al final de aquel café acordamos idear alguna forma para intentar que él volviera al servicio público. Desde ese día en adelante se convirtió para mí en un maestro y asesor de cabecera al que recurrí en los momentos de mayor apremio para abrevar conocimiento buscando claridad, para con ello intentar tomar las mejores decisiones en mi labor como coordinador nacional de Protección Civil.

Hernández Unzón fue generoso, dispuesto y paciente. Su conocimiento nos ayudó para evacuar a tiempo comunidades enteras y para suspender actividades económicas y sociales, en el intento de poner a salvo la vida de las familias. Alberto puso su conocimiento al servicio de la comunidad.

Con su nombre me vienen a la mente muchos otros de mujeres y hombres especialistas y profesionales, que forman parte hoy del servicio público y los de otros que, como él, por una u otra razón tuvieron que dejarlo.

Con la salida de Alberto del Servicio Meteorológico Nacional el sector público perdió un valiosísimo experto. Ese sector en muchas ocasiones caracterizado por una “ingratitud pavorosa” (Gómez Leyva, 2023). Pero gracias a la generosidad de Grupo Fórmula, Alberto encontró un espacio para continuar poniendo su conocimiento al servicio de la comunidad, comentando en cada uno de los espacios del grupo el pronóstico meteorológico y mucho más.

Descanse en paz el ingeniero Alberto Hernández Unzón, y sirva este texto como un humilde reconocimiento a su enorme labor por la meteorología y por las familias mexicanas.