Continuidad con cambio

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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A todos debe quedarnos claro que los grandes problemas de México no pueden ser resueltos de un día para otro, entendida esta expresión como de un sexenio al otro. Si bien se sembraron semillas importantes en distintas asignaturas, existe mucho trabajo por realizar en materia educativa, de salud y de seguridad, principalmente.

El Presidente López Obrador logró cambiar la vida de millones de mexicanos gracias a su decidida política social en favor de los que menos tienen. En realidad, muchos mexicanos estuvieron mejor con López Obrador. El salario mínimo tuvo un incremento histórico, que sumado a los programas sociales, permitió que un gran número de familias tuvieran muchos más recursos a su disposición, incrementando sus niveles de bienestar y el gasto corriente, que se traduce en consumo que a todos beneficia. En contraparte, los integrantes del sector privado encontraron también condiciones adecuadas para generar productos y servicios, y cosechar utilidades a través del intercambio de los mismos.

En un país donde resulta difícil comenzar y aún más concretar, la pasada administración logró concluir un aeropuerto, una refinería, miles de kilómetros de vías férreas y un sinfín de obras, destacando —entre ellas—decenas de espacios públicos diseñados y ejecutados por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

Para todos esos misóginos desubicados que sostienen que a la Presidenta la influyen actores del pasado, sostengo que la influencia radica exclusivamente en la compartición de la misma historia, trayectoria e ideales, y la profesión de respeto y admiración mutua, y bajo ninguna circunstancia en las prácticas particulares de la acción de gobierno.

Resulta sumamente esperanzador el gobierno de una mujer científica y servidora pública eficaz. Una mujer que acumuló fortalezas en la academia y que privilegiará la educación pública de calidad. Una mujer que logró abatir la inseguridad en la capital del país, atendiendo las causas y enfrentando sus dolorosos efectos.

En la primera semana, hemos podido comprobar su estilo: austero, cercano, transparente y eficiente. Su primera jornada pública estuvo destinada a todos aquellos eventos propios de su investidura como Presidenta; en adelante, uno de sus primeros actos tuvo por objeto encabezar la atención a las familias afectadas por los fenómenos meteorológicos en la costa guerrerense.

Sostengo que Andrés Manuel López Obrador encarna al líder social más importante de la historia moderna de nuestro país; Claudia Sheinbaum Pardo ha hecho historia como la primera mujer Presidenta de México, y estoy seguro de que transcenderá mucho más allá de ello, como una Presidenta altamente eficiente.