El Covid-19 en el comercio

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Estamos muy atentos, por obvias y justificadas razones, a las implicaciones que ha tenido el Covid-19 en la salud de nuestras familias, sin embargo, sorprendente resulta analizar los efectos que ha tenido este mismo virus en los procesos comerciales.

La globalización es una realidad. El aislamiento es imposible. Prácticamente todos los procesos se encuentran conectados y articulados, lo que provoca que cualquier acción en un punto, pudiera afectar de forma relevante todo el proceso. La producción y el comercio requieren mercancías que atraviesan los océanos para satisfacer la demanda de los consumidores.

Si observamos por un momento las imágenes satelitales de algunos de los puertos más importantes del planeta, podremos observar gran cantidad de buques esperando poder ser descargados, derivado de la congestión que existe en las terminales portuarias.

Los buques de los que hablamos tienen dimensiones realmente increíbles. Algunos alcanzan el largo de 4 campos de futbol, repletos de contenedores, que en su interior almacenan durante el transporte cualquier tipo de mercancías.

Expertos sostienen que la saturación de los puertos descrita responde al desequilibrio en los procesos comerciales provocados por el Covid-19, en un momento en que el consumo en ciertos países ha registrado un incremento muy importante, incluso por encima de los niveles registrados en 2019, como lo es el caso de los Estados Unidos.

En algunos sitios se registró un debilitamiento en la fuerza laboral encargada de descargar los buques y transportar contenedores tierra adentro. Aunado a esto, los contenedores que normalmente son utilizados para el transporte de mercancías, con el cierre de almacenes y tiendas como parte de las medidas para disminuir la propagación del virus, al llegar a su destino, comenzaron a hacer las veces de almacenes, además de que por estas mismas medidas, cierto número de ellos no pudieron ser cargados de nuevo para ser reutilizados, lo que concentró gran cantidad en ciertos puntos del planeta, generado escasez en otros, lo que inmediatamente disparó sus precios. Estas condiciones provocaron que los exportadores tengan que esperar semanas para obtener un contenedor para transportar sus mercancías, redundando en desabasto de algunos productos en ciertos mercados.

Por si esto fuera poco, los diferentes fenómenos hidrometeorológicos que han ocurrido en ciertas partes del globo, han provocado retrasos, modificaciones en los planes de distribución y cierres de puertos, agudizando aún más la crisis.

Todos los factores, anteriormente descritos, provocan un incremento en los costos de ciertos procesos, especialmente en los fletes, que se están reflejando directamente en los precios a los que adquirimos los productos que más necesitamos, afectando de manera importante la economía de las familias.

El Covid-19 nos ha mostrado la debilidad que sufrimos en distintos sectores y las áreas de oportunidad que debemos analizar. Las lecciones que nos ha dejado la pandemia son dolorosas y profundas, y deberemos, en la medida de lo posible, aprovecharlas.

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