El ejemplo de Estonia

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
David E. León Romero Foto: La Razón de México

Cuantas veces hemos intentado realizar un trámite en una ventanilla pública y/o privada, y se nos ha solicitado cualquier cantidad de documentos: originales, copias simples, copias certificadas, fotografías; haciendo de cada uno de estos trámites un triunfo cuando se concluye satisfactoriamente.

Estonia es un país pequeñito, de Europa del Norte, habitado por aproximadamente 1.5 millones de personas. Pequeñito en superficie y población, es un ejemplo para aquellos que nos gusta el servicio público.

El presente texto no busca hacer una comparación, simplemente intenta acercar el caso de un gobierno que ha logrado altos niveles de servicio para sus ciudadanos a través de una revolución digital. Los habitantes de este país pueden realizar prácticamente todos los trámites y gestiones frente al gobierno y a la iniciativa privada a través de Internet. Estonia es considerado el país digitalmente más avanzado. Los objetivos que persiguen: la transparencia, reducir la burocracia y fomentar el crecimiento económico.

Un modelo de gobierno digital, donde los ciudadanos hacen trámites, votan, gestionan servicios de salud, entre muchos otros, logrando constituirse como el primer gobierno libre de papel en el mundo. De principio a fin, prácticamente todo digitalizado. Los nacimientos se registran por los padres a través de Internet, sin necesidad de firmar un solo documento. Sólo tres trámites no han alcanzado este nivel de digitalización y eficiencia: casarse, divorciarse y transferir una propiedad.

La digitalización ha generado eficiencia y confianza, además de hacer la vida de los ciudadanos mucho más sencilla. Reducción de la burocracia, simplificación de tiempos, mayor productividad, incremento de la calidad de vida y menos espacio para la corrupción.

Una declaración y pago de impuestos le llevan al ciudadano menos de 5 minutos y el 98 por ciento del total de la población declara y paga de esta forma. La movilidad también ha sido tocada por la tecnología, siendo 90 por ciento de los pagos de estacionamientos a través de una aplicación celular. Otra de las características de los servicios en Estonia, es que su transporte público es completamente gratuito. El 99 por ciento de la población cuenta con una firma digital para la realización de 2 mil 773 trámites. El 99 por ciento de las transacciones económicas son electrónicas.

Hoy, un tercio de los votos que se reciben en una elección provienen de más de cien países donde existen ciudadanos de Estonia gracias a la tecnología. En materia de salud, la revolución digital les ha permitido integrar un sistema nacional de proveedores de salud, además de un expediente de cada ciudadano que reduce la burocracia y resulta de extraordinaria utilidad en caso de emergencia; por si fuera poco, 99 por ciento de las recetas médicas son electrónicas y su surtimiento y resurtimiento se realiza sin cita.

El esfuerzo realizado por Estonia es relativamente nuevo, iniciado en 1994. Estonia se independizó en 1991 y comenzó desde cero. Obviamente el tamaño del país y su población facilitan su evolución. Estonia es un país muy diferente al nuestro, pero vale la pena tomarlo como ejemplo en una coyuntura de profunda transformación.

Temas:
TE RECOMENDAMOS:
David E. León Romero