Por un México deportista

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El deporte tiene un enorme valor en la formación del perfil del individuo y en la construcción de la sociedad misma. Todavía conmovidos por las historias de éxito de los participantes mexicanos en los pasados Juegos Olímpicos, medallistas o no, bien vale la pena reflexionar un poco acerca de nuestro deporte. 

Estamos sumidos en una crisis en la que se abrazan la obesidad y la desnutrición. Si bien la actividad física no lo resuelve todo, suele ser una buena herramienta que permite formar al individuo y procurar su salud. 

La participación de los deportistas mexicanos en las justas deportivas internacionales resulta sumamente valiosa y debe ser ampliamente difundida. Nuestros niños requieren echar mano de historias de éxito que les permitan emular sueños y hazañas, que los coloquen en sendas de esfuerzo y mejora continua, que si no los llevan a la justa olímpica, sí les permitan ser mejores personas y encarar de mejor forma los retos que la vida implica. 

En un país de 130 millones de habitantes que atraviesa por retos importantes relacionados con la salud, la seguridad y los valores, la actividad deportiva puede ser de gran utilidad. 

El fortalecimiento de un sistema deportivo que permita que nuestros niños participen en actividades deportivas desde los primeros años en instalaciones dignas, aprovechando su talento y capacidad, y procurando su salud, provocará la generación de mejores ciudadanos y eventualmente, de un mayor número de deportistas profesionales que nos representen en las grandes justas.

Sin embargo, basta escuchar un par de discursos de nuestros deportistas en París 2024 o pasear por la gran mayoría de nuestras unidades deportivas municipales, para darnos cuenta que los grandes deportistas mexicanos han sido más un producto de su propio liderazgo, talento y capacidad, que el resultado de un sistema deportivo que genere buenos ciudadanos y mejores atletas. Buena parte de nuestros medallistas y atletas olímpicos han alcanzado la gloria, a pesar del sistema y no gracias a él.

Una de las áreas de oportunidad más importantes se encuentra en las acciones del sector público relacionadas con el deporte. Sería importante, de igual manera en que los deportistas mexicanos se esfuerzan por lograr mejores resultados a través del profesionalismo, que nuestros servidores públicos emprendan tal profesionalización de la mano del apoyo presupuestal y con participación directa del sector privado.

De esta forma, los mexicanos que han optado por el alto rendimiento y con ello destacar a nivel mundial, en la mayoría de los casos, han tenido que asirse de sus familias en el intento, derivado de que los apoyos institucionales gubernamentales no tienen la consistencia necesaria y son realmente pequeños comparados con los practicados por las grandes potencias. En esta materia estamos en deuda, y todos somos parte importante en la construcción de un México deportista.