De Monterrey a Branderburgo

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Acierta el Presidente cuando sugiere que debe privilegiarse el agua para las personas sobre los demás usos, como la industria. La disponibilidad del agua se refiere al volumen total de agua que de manera natural existe en una región. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) agrupa al territorio de Nuevo León en la sexta región hidrológico-administrativa, segunda con menor disponibilidad de agua en nuestro país. Es también el territorio neoleonés, en el que menor cantidad de lluvia se registra anualmente.

Un indicador relevante es el grado de presión sobre los recursos hídricos, lo que significa, la proporción de agua disponible que se extrae de una zona para distintos fines. Bajo esa métrica, países como Emiratos Árabes presentan un grado de presión extrema, mientras que México está clasificado bajo un grado de presión moderada. Dentro de México, el estado de Nuevo León tiene un grado de presión fuerte, segundo más agudo en nuestro territorio.

En México, cerca del 80 por ciento del agua se extrae para uso agrícola, poco más del 10 por ciento para uso municipal y el resto para uso industrial. Y claro que debemos atender y poner orden a las concesiones de agua que se dan en el país. Volviendo al territorio de los regiomontanos, pertenece a la segunda región que mayor volumen de agua concesionada tiene, en su mayoría para uso agrícola y abastecimiento público, siendo el menor porcentaje para uso industrial.

Y sí, nada más importante, que garantizar la disponibilidad del agua para el consumo humano. Sin embargo, tenemos grandes ejemplos de zonas con muy baja disponibilidad de agua, que han logrado garantizar la disponibilidad de agua para lo fundamental, además de una gran productividad y generación de riqueza, a través del uso responsable y eficiente del agua, con el apoyo de una gran cultura de su cuidado y el acceso a la tecnología que permite el saneamiento correcto, la reutilización y el reciclaje.

El agua es un elemento fundamental dentro de la producción automotriz. Miles de litros se requieren para la fabricación de un automóvil. Quienes critican al Presidente por valorar la disponibilidad de agua para elegir el mejor sitio para instalar la planta de Tesla, deberían echar un ojito a lo sucedido en Alemania, específicamente en Brandemburgo, a las afueras de Berlín, donde una planta de Tesla, similar a la que se pretende instalar en México, debió dirimir su viabilidad en tribunales, derivado del gran consumo de agua necesario para operar.

La discusión sobre Tesla y su posible ubicación territorial con base en la disponibilidad del agua, debe necesariamente aprovecharse para discutir y replantear la forma en que utilizamos el agua con la que contamos. La discusión tendría que incluir el aprovechamiento del agua de lluvia, el saneamiento efectivo, la reutilización y reciclaje obligatorios, la instalación de equipos y accesorios que garanticen el ahorro, la eliminación de fugas y el cambio de tarifas que orille a quienes la derrochan, a cuidarla.

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