Pilar fundamental

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las mujeres son un pilar fundamental en nuestras comunidades. Especialmente aquellas que son madres, y tienen la gran responsabilidad de formar a sus hijos. Aunado a ello, muchas mujeres mexicanas son también sostén de sus hogares ante la ausencia de una pareja —por diferentes razones—, que pudiera auxiliarles en esa gran empresa.

El 10 de mayo se festeja en nuestro país —y en algunos otros— el Día de las Madres. Existen diferentes versiones acerca de cuándo se festejó por primera vez; alguna sostiene que fue en 1913, otra que fue en 1922. Más allá de ello, es una fecha que nos permite recordar el gran trabajo que millones de mujeres realizan en pro de las familias mexicanas, que unidas conforman nuestras comunidades.

En México existen poco más de 67 millones de mujeres; de ellas, aproximadamente 38 millones son mamás. El 11 por ciento de esos 38 millones de madres enfrenta el reto de proveer, proteger y formar en solitario, siendo catalogadas como madres solteras; prácticamente el total están ocupadas y 7 de cada 10 están catalogadas como económicamente activas. Del total de madres mexicanas poco menos del 50 por ciento está casada y el 20 por ciento manifiesta vivir en unión libre.

La adversidad se multiplica en torno a ellas. A pesar de los extraordinarios tiempos que vivimos, donde gracias al trabajo de muchas y muchos, ellas cada vez más obtienen los espacios y las condiciones que merecen, todavía en nuestro país persisten condiciones de abuso y violencia en su contra. Hoy más que nunca cobra relevancia que pueda existir una primera mujer presidenta de Mexico; en sus manos estará la gran oportunidad de reivindicar de una vez por todas los derechos de las mujeres mexicanas.

Como podemos ver, un porcentaje importante de las madres mexicanas, además son jefas de familia o del hogar, es decir, se encuentran al frente de la casa como únicas responsables de su manutención, teniendo que multiplicarse para trabajar en diversas tareas y así generar ingresos para proveer de todo aquello necesario a los integrantes de su familia, además de formales y protegerles. El número de mujeres jefas de familia se ha incrementado con el paso del tiempo; si bien es una condición admirable, representa una vulnerabilidad económica y social, que se refleja directamente en el bienestar de los integrantes de la célula familiar.

Algunos estudios refieren que, en 1940, eran solamente un millón de hogares los que eran encabezados por mujeres, de los casi 5 millones existentes. Hoy, en un universo que rebasa los 32 millones de hogares, casi 10 millones de ellos son liderados por ellas.

Es éste un momento fundamental para reconocer la gran labor de las mujeres en la sociedad mexicana, además de fortalecer todas las estrategias existentes a través de diversas acciones para ofrecer a la mujer condiciones idóneas en las que pueda desplegar su talento, disciplina y conocimiento para desarrollarse plenamente y, con ello, formar, proteger y proveer —si fuera el caso— en condiciones de dignidad, respeto y bienestar el hogar que encabeza.