David E. León Romero

Una promisoria mirada al sur

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En medio de una polémica generada por las características del proyecto de presupuesto para el último año del sexenio enviado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados, el Banco de México dio a conocer el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Regional.

Sin lugar a dudas, la administración encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador puso desde el primer día de su Gobierno la mirada en el sur de nuestro país. Así, propuso y ejecutó diferentes medidas y proyectos, entre las que destacan sus obras emblemáticas: el Tren Maya, la Refinería Olmeca y el Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec.

El citado indicador subraya que la zona integrada por Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, se vio beneficiada por las obras ejecutadas en la región, entre las que destacan además de las ya mencionadas, el puente de la Laguna de Nichupté en Cancún, el Aeropuerto de Tulum y la construcción de autopistas en el litoral Pacífico sur.

No es casualidad sino causalidad. Las referencias y muestras del esfuerzo por generar crecimiento y bienestar en el sur de México no son pocas ni recientes. El Presidente desde sus días de campaña expresó su decisión y las acciones de su Gobierno lo confirman: “Estamos trabajando en el sureste; es el tiempo del sureste, una región que se abandonó durante mucho tiempo y que ahora está resurgiendo para que el crecimiento económico, el desarrollo de México, se dé en condiciones de igualdad”.

Lejos de aquella absurda y rotundamente equivocada categorización que algunos gustan generar en torno a los perfiles de los ciudadanos del norte versus los del sur, son las inversiones, principalmente, las que provocan crecimiento y empleos, sólo posibles con condiciones de confianza y certeza. El resultado no es producto exclusivo de la inversión pública, para muestra de ello, esta misma semana directivos de Heineken y el gobierno de Yucatán anunciaron la inversión de casi nueve mil millones de pesos en una planta en aquella entidad, misma que generará más de dos mil empleos, inversión atraída, en parte, por las ventajas que traerá a la región el Tren Maya y el puerto de Progreso, desde donde se podrán abastecer algunas regiones de la costa este de Estados Unidos. La inversión privada ha llegado al sur, desarrollando la vocación de cada una de las entidades que la integran, destacando las actividades turísticas, bienes raíces, la producción maderera, la industria manufacturera, la agricultura y ganadería, la pesca, la energía y el petróleo.

Así, con base en dichas cifras del Banco de México, la región sur creció a una tasa del seis por ciento, mientras la centro lo hizo a una de 3.2, la centro norte de 3.1 y por último la norte a una tasa de 1.9. El sur de México está caracterizado por una enorme diversidad que se traduce en riqueza y oportunidades. La apuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador por detonar su desarrollo llega puntual, en el intento por elevar las condiciones de bienestar de sus habitantes.