Remesas históricas

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Migrar siempre será complicado. Proceso doloroso para el que viaja y proceso doloroso para quienes permanecen. Familias partidas porque algunos de sus integrantes se han visto obligados a dejar la comunidad en la búsqueda de ofrecer un mejor nivel de vida a quienes se quedan. Considero que nadie deja su tierra si no es porque en ella no encuentra los satisfactores mínimos que requiere.

Estamos profundamente orgullosos de la gran labor que realizan nuestros paisanos lejos de sus comunidades. Además, nos manifestamos enormemente agradecidos con ellos por su generosidad y el sacrificio que realizan para enviar dinero a nuestro país.

Las remesas que envían nos benefician a todos, no sólo a sus familias directas. El dinero enviado genera gastos, ahorros e inversiones que se traducen necesariamente en consumo, producción y creación de empleos.

Aunque el primer objetivo de los envíos de dinero es la satisfacción de las necesidades alimenticias, de salud, vestido, adquisición o mejoramiento de vivienda y lo necesario para estudiar, algunos estudios revelan que los dólares enviados son fuente de capital para más de medio millón de pequeños negocios, principalmente dedicados al comercio de distintos productos básicos.

Datos del Banco de México revelan que el 2021 ha sido el año en que mayor monto de remesas ha recibido nuestro país, alcanzando la histórica cifra de 46 mil 833 millones de dólares, que convertidos a pesos son 954 mil 990 millones.

Se habla mucho del valor de las remesas que nuestros paisanos mandan permanentemente a sus familiares en nuestro país. Si las comparamos con otros montos de la economía nacional, podremos realmente dimensionar su importancia.

Por ejemplo, las remesas recibidas durante el 2021 son aproximadamente 14 veces más que el presupuesto anual del estado de Oaxaca, más de 35 veces el de Durango y casi el doble de los egresos que registrará el Instituto Mexicano del Seguro Social en el periodo 2022. De ese tamaño su valor. ¿Qué haríamos sin ellas?

El apoyo que nuestros paisanos dan a nuestra economía es fundamental y digna de reconocimiento. El objetivo de todos deberá ser, lograr las condiciones de prosperidad y bienestar necesarias para que absolutamente nadie se vea obligado a migrar y si en dado caso alguno así lo decide, el viaje sea absolutamente voluntario.

Las remesas enviadas a nuestro territorio son sólo uno de los grandes beneficios que su esfuerzo otorga; no podemos dejar de lado la productividad y los efectos que generan en la economía de las comunidades en las que trabajan. En retribución a la gran labor que realizan, resulta prioritario avanzar en distintas estrategias que les permitan una mayor certeza y seguridad al menos por parte de las instituciones mexicanas en México y en el extranjero. La creación de una procuraduría de defensa del migrante, el fortalecimiento y gratuidad de los servicios consulares, el respaldo en la repatriación y los programas de apoyo a sus comunidades de origen podrían ser una forma de agradecer activamente su labor.

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