Eduardo Nateras

Ensayo electoral en contingencia

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras
Eduardo Nateras
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El domingo pasado se llevaron a cabo elecciones locales en Coahuila e Hidalgo, tras haberse pospuesto por cuatro meses derivado de la contingencia sanitaria. Si bien la magnitud de la jornada electoral no tiene comparativo con la que se llevará a cabo el próximo año, quedan sobre la mesa diversos retos y oportunidades, de cara al proceso electoral federal de 2021.

Se trató, pues, de las primeras elecciones realizadas en nuestro país en medio de la contingencia por Covid-19. Sin embargo, ante el repunte de contagios y la inexistencia aún de una vacuna efectiva para contener la propagación del virus, no es para nada descabellado pensar que las elecciones federales del 6 de junio del próximo año se llevarán a cabo en condiciones sanitarias similares a las del domingo pasado. Promover la participación ciudadana es uno de los principales retos de toda democracia moderna y ejercer el voto es su principal vehículo. No obstante, definitivamente no se puede anteponer este ejercicio democrático a salvaguardar la salud de la población, por lo que el principal desafío será lograr que los ciudadanos acudan a las urnas sin provocar contagios generalizados.

Bajo estas circunstancias, surge la opción de implementar medios de votación que permitan aprovechar los avances tecnológicos adaptados a muchos otros sectores e industrias desde hace muchos años, pero de los cuales el ámbito electoral se ha quedado muy rezagado, producto del temor y la desconfianza —principalmente—. Podrían considerarse alternativas de sufragio a distancia que, si bien ya se implementan desde hace varios años para el voto de la ciudadanía mexicana desde el extranjero, podrían aplicarse de forma generalizada como una solución —a decir verdad, cara— para ejercer el voto, sin sacrificar el distanciamiento social.

Pero lo que sí implicaría un gran avance sería aprovechar la oportunidad —forzada y casi única— para transitar de una vez por todas al uso de dispositivos electrónicos, como medio principal para ejercer el voto, lo cual se ha aplazado innecesariamente, pero que tan útil resultaría en estos tiempos aciagos de confinamiento. Aunado a sus bondades sanitarias, el voto electrónico permitiría reducir drásticamente los costos de las elecciones en términos de organización y logística, además de que sería posible acceder a los resultados de las elecciones casi instantáneamente. Cuestión de que los intereses políticos se alineen y la autoridad electoral decida dar este gran paso.

Finalmente, por lo que respecta a los resultados electorales, significaron un triunfo rotundo para el PRI —del que casi nada se sabía desde que salieron de Los Pinos— quien se llevó todos los distritos de Coahuila y 32 ayuntamientos de Hidalgo, incluida la capital. En contraparte, varios focos rojos debieron encenderse en Morena, tras no ganar un solo distrito en el norte del país y haber obtenido únicamente 6 de las 84 presidencias municipales hidalguenses en juego, por debajo, incluso, del PRD, que obtuvo 7. En cuanto al PAN… a ellos les fue aún peor.