E l martes pasado, aficionados, ganaderos, toreros, trabajadores del ramo y ciudadanos en general, se dieron cita en la sede del Congreso de la Ciudad de México para entregar más de 32 mil firmas en respaldo a la propuesta de una iniciativa ciudadana en defensa de la cultura y tradiciones en la capital del país.
Esta propuesta de iniciativa busca visibilizar y proteger los derechos y libertades de las y los capitalinos que —aun en minoría— apoyan y defienden prácticas —como la tauromaquia, charrería y gallística— que forman parte del acervo cultural de los habitantes de la Ciudad de México y sus pueblos originarios. Estas prácticas —desde que se tiene registro— han dado forma a diversas celebraciones y tradiciones populares y se encuentran inmersas —desde entonces— en nuestro legado histórico, cultural y social, siempre dentro de un marco de legalidad.
El proceso comenzó el 1 de febrero pasado, cuando, desde la sociedad civil, se lanzó una campaña de recolección de firmas en apoyo de esta iniciativa —afortunadamente, llevada a buen puerto, gracias al respaldo ciudadano y a la enorme seriedad con la que los diversos promotores del ejercicio la llevaron a cabo—. Es de destacar que, tras varias semanas de arduo trabajo y un formidable esfuerzo logístico, fue posible recabar más del doble de las firmas válidas presentadas por quienes —por el contrario— buscan promover medidas prohibitivas en contra de la tauromaquia y otras prácticas en la Ciudad de México.
Cabe resaltar que la recabación de firmas se llevó a cabo siguiendo, al máximo posible, la formalidad y rigor exigido por el Instituto Nacional Electoral. Si bien, las firmas presentadas ya fueron sometidas a un primer proceso interno de validación, será el INE la instancia formal encargada de verificar su autenticidad para, eventualmente, dar paso al proceso legislativo que permita derivar en legislación que proteja y regule la práctica en la Ciudad de México, de estas actividades inherentes a nuestra cultura y folclor.
Este enorme esfuerzo, encabezado por ciudadanas y ciudadanos de la capital, se da, de manera paralela, en un momento crítico para la tauromaquia en la Ciudad de México, tras la promoción de un amparo en materia administrativa que, desde junio del año pasado, mantiene suspendidas las corridas de toros en la Plaza México, el coso taurino más grande del mundo y el más importante de América Latina.
Sin embargo, con el ejercicio que se promueve se pone sobre la mesa que también hay un sector de la ciudadanía al que se debe voltear a ver, antes de imponer medidas prohibitivas fomentadas por politiquería barata e intereses electoreros, y que es indispensable llevar a cabo un proceso serio de discusión y análisis sobre las consecuencias económicas, sociales y culturales, producto de ésta y otras prohibiciones.
Regulación en vez de prohibición; discusión en vez de imposición, es lo que se requiere. En tanto el proceso sigue, no cabe duda que el martes pasado fue un muy buen día para la defensa de nuestra cultura y tradiciones en esta gran ciudad. ¡Enhorabuena a quienes lo hicieron posible!