Resaca electoral

CONTRAQUERENCIA

Eduardo Nateras
Eduardo Nateras Foto: larazondemexico

A tres días de haberse llevado a cabo la jornada electoral para definir —entre otros cargos— a quien ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años, los resultados aún son inciertos.

Al día de hoy, las tendencias parecen colocar al candidato demócrata en la oficina oval para el siguiente periodo. Sin embargo, producto del arreglo electoral norteamericano en el que el voto ciudadano no equivale al voto colegiado —aunado a condiciones particulares de la presente elección, como fue la participación masiva por medio de voto postal y anticipado—, han hecho de los conteos parciales una verdadera montaña rusa, sin que exista aún la posibilidad de definir al ganador de la contienda.

Con todo, diversos elementos de esta contienda han puesto en el ojo del huracán al sistema electoral estadounidense en su conjunto. Tan es así que, expresiones frecuentemente aludidas en otras latitudes, pero impensables en Estados Unidos, han estado presentes en este proceso. La denuncia de un fraude electoral, el llamado al recuento total de los votos, el no reconocimiento de los resultados o la exigencia de dirimirlos en tribunales, han estado presentes en este proceso, lo que ha puesto en duda la solidez, fiabilidad y —particularmente— vigencia del sistema electoral rector en la que es considerada una de las democracias modelo a nivel global.

Al ser un sistema electoral de voto indirecto en el que el candidato que resulta ganador en cada estado obtiene el total de sufragios del colegio electoral de dicha demarcación, solicitar la revisión voto por voto en algunas entidades —previsiblemente, en Michigan, Georgia, Pensilvania y Wisconsin— puede ser suficiente para cambiar la balanza a favor del candidato republicano, actualmente en desventaja.

Por otro lado, si bien se daba por descontado que, ante un desenlace desfavorable para el actual presidente, éste no lo reconocería —como lo marca la tradición norteamericana— y llevaría el caso hasta la Suprema Corte —en la que se ha hecho de un sólido respaldo—, fueron pocos quienes pronosticaron una elección tan cerrada en la que, probablemente, no será posible conocer los resultados hasta dentro de varias semanas, pues habrán de recorrerse todas las instancias legales antes de que puedan determinarse de manera oficial.

Por lo que respecta a los efectos de la pandemia, destaca que, a pesar de haberse llevado a cabo una elección de esta envergadura bajo condiciones de confinamiento, la participación de la ciudadanía norteamericana fue masiva, con cifras que superan al 65% de participación del electorado y a los 100 millones de votos emitidos de forma anticipada o por vía postal, por cierto, uno de los elementos que ha retrasado la obtención de cifras definitivas.

En tanto se define al triunfador, estas elecciones dejan a su paso a una nación polarizada, en la que un aparente manejo deficiente tanto de la pandemia como de la política en general por parte de su actual líder, parecen no ser motivos suficientes para que el electorado decida dar un golpe de timón y cambiar de rumbo de manera contundente.

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