En Palacio Nacional todos andan muy de buenas, porque en estos días, aseguran, le regresan a México la Categoría 1 en materia de seguridad aérea. Sin embargo, hay otro tipo de seguridad, la seguridad en tierra, en la que, al menos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), hay pendientes.
Porque las autoridades saben muy bien que existen situaciones que ponen en riesgo a los pasajeros y a las propias instalaciones. Le cuento, en documentos oficiales salidos directamente de la oficina de Operaciones del AICM, se reconocen las fallas en los equipos de seguridad para equipaje, lo que aumenta la probabilidad de que se genere un acto de interferencia ilícita en las instalaciones del aeropuerto capitalino o en las aeronaves que salen de dicho lugar.
Se reconoce que no se cuenta con equipos suficientes para realizar la inspección del equipaje documentado o de mano, por lo que es posible que se introduzcan artefactos y líquidos peligrosos, que pongan en riesgo la operación habitual.
En dichos documentos, cuyas copias obran en mis manos, se lee: “Actualmente en el Aeropuerto… se tiene una baja capacidad para realizar la inspección del equipaje documentado y de mano que los pasajeros que van de salida requieren ingresar a las aeronaves que abordarán. Como consecuencia de lo anterior, se incrementa la posibilidad de ingreso de algún artefacto o líquidos peligroso a las instalaciones aeroportuarias o a las aeronaves, lo que puede ocasionar actos de interferencia ilícita y el incumplimiento de la normatividad establecida por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)”.
En el AICM los equipos de inspección de equipaje ya son viejos y obsoletos, algunos incluso sólo simulan su operación para dar una sensación de seguridad, por lo que el aeropuerto se vuelve una coladera para el ingreso de objetos ilícitos e ilegales.
“La baja eficiencia de operación de los equipos instalados se debe principalmente a que éstos han rebasado su vida útil, por lo que presentan fallas recurrentes y en muchas ocasiones se encuentran fuera de operación debido a que en el caso en que se requiera el reemplazo de alguna refacción, el tiempo de entrega de éstas tiende a alargarse y esto implica no tener los equipos disponibles por tiempos prolongados”, señala el propio AICM.
Según los últimos reportes, cada año ingresan 35 millones de maletas al AICM. Estos datos revelan una clara disminución de la capacidad de inspección de los equipos. En 2019 se inspeccionaron 12.9 millones de maletas, mientras que en el 2022 sólo se pudieron revisar 8.6 millones. Para la detección de explosivos en el equipaje documentado —aquel que es entregado a las aerolíneas para que sea colocado en la zona de carga del avión— el AICM actualmente cuenta con 16 EDS (Explosive Detection System), pero uno de ellos ya no está en servicio.
“De manera manual se lleva a cabo la revisión del equipaje, este medio está limitado al número de puestos de inspección en los que se puede llevar a cabo el procedimiento y al tiempo en el que éste se puede desarrollar, por lo que actualmente se tiene la capacidad para inspeccionar 6.75 millones de maletas al año, es decir, el 18.75% del equipaje que no pudo ser inspeccionado por los equipos. Por lo anterior, poco más del 56% del equipaje en el año 2022 no fue inspeccionado”, admiten las autoridades en este diagnóstico.
La 4T tendrá un festejo con sabor amargo, pero eso jamás lo van a contar, aunque en el discurso se mantengan en que “la vida pública, tiene que ser cada vez más pública”.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!