Ya Basta

Si usted está leyendo esto quiere decir que no pertenece a la cifra de 80 homicidios diarios que en promedio se cometen en el país. No amaneció encobijado, en algún paraje lejano o colgado de un puente.

Si llegó a este segundo párrafo quiere decir, también, que su historia no es de los desgarradores casos de mujeres asesinadas en México que se cuentan en un promedio de más de 10 al día, dejando detrás una estela amarga de madres sin hijas e hijos huérfanos de madre.

Y felicidades, tampoco está usted entre las 31 mil personas desaparecidas que se contabilizaron entre 2019 y 2022. Un número récord comparado con los mismos periodos de gobiernos anteriores. Aunque la indolencia de los políticos y sus administraciones digan lo contrario.

Parece una broma cruel, lo sé, pero se lo digo en serio, me da gusto que usted haya despertado hoy, que se encuentre en su casa o su trabajo, en el transporte o donde sea, pero que se encuentre bien.

A mí me hace feliz que usted tenga la oportunidad de leerme, de caminar, de abrazar a su familia, de ver crecer a sus hijos, de darle un beso a la novia o al novio. Muchos mexicanos con todo y sus familias no tuvieron esa suerte. Y es que, cuesta decirlo, pero en este país el luto, el dolor y la tristeza gozan de cabal salud.

Hace unos días, otro mexicano, un estimado periodista al que se admira y se le manda un abrazo profundo desde esta columna, estuvo a nada de formar parte de los sangrientos números de la violencia en el país.

Ciro Gómez Leyva estuvo a nada de ser el periodista número 13 en ser asesinado en lo que va del año y el número 37 en lo que va del sexenio. Parece que en México despertar vivo es un asunto de buena suerte y eso ya es una tragedia.

Este 2022 fue un año de violencia contra los periodistas. Y de acuerdo con datos de la organización “Reporteros Sin Fronteras”, de los 57 periodistas asesinados en todo el mundo, el 20 por ciento de las muertes ocurrieron en México. Y en la última década, al menos 80 periodistas han sido asesinados en nuestro país.

Ser asaltado, secuestrado o amenazado son formas de ejercer la ciudadanía, cuando debería ser lo contrario. Estoy casi seguro de que, dibujar una bendición en la frente es un acto que se ha multiplicado exponencialmente en los últimos años, porque —como me dijo una vez mi abuela Dondinea— uno sabe cuando sale de casa, pero no sabe si va a regresar.

Hace unos años leí a un compañero periodista hablar sobre un pueblo en la sierra de Sinaloa, donde escribió: “La vida es más absurda que difícil”. Hoy ya no sólo es en ese pequeño poblado perdido en el triángulo dorado, hoy en todo el país parece que preservar la vida es más que difícil.

En el baúl. No todo está perdido. La aprobación del llamado Plan B del Presidente López Obrador fue un duro golpe a las instituciones democráticas del país. Viene otra batalla, la designación de cuatro nuevas consejeras y consejeros electorales. Iniciarán su periodo el 4 de abril de 2023 y concluirán hasta el 3 de abril de 2032. El Gobierno ya se metió a la sala, veremos si llega hasta la cocina.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… ¡regresaréeeeeeeee!