Algo pasa en Palacio Nacional o en el edificio de enfrente, el Palacio del Ayuntamiento, que ha derivado en que, por orden Presidencial, el llamado Grupo Tabasco se esté fortaleciendo.
No pasó desapercibido el nombramiento, a finales de junio, de César Yáñez, una de las personas más cercanas al Presidente Andrés Manuel López Obrador y el único hombre que nunca lo dejó solo. Ahora es el subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, en sustitución de Rabindranath Salazar.
Tras el escándalo de la llamada “boda fifí” a inicios del sexenio, prácticamente fue enviado a la congeladora y desapareció de la escena política, pero desde hace unos meses, el hombre que durante las últimas dos décadas fue la sombra de López Obrador, comenzó a ser cuestionado sobre su futuro y el rol que tomaría en la sucesión de 2024.
Fuentes cercanas a Palacio, me cuentan que incluso se le dio a elegir sobre el equipo en el que jugaría. Por un lado, el de la hasta ahora ungida Claudia Sheinbaum, en el Palacio del Ayuntamiento, y por el otro en el de Marcelo Ebrard, en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
También se le puso sobre la mesa, si de plano, preferiría —como el tabasqueño— retirarse una vez consumado el gobierno.
El actual subsecretario, no sólo habría aceptado jugar en la sucesión, sino que de plano les dijo “yo estoy con ya saben quién”, es decir, “a sus órdenes jefe” y entonces, unas semanas después, fue el propio Presidente quien decidió ordenarle, porque fue una orden directa, ir y fortalecer a quien hasta ahora es su “Plan B” para el 2024, Adán Augusto López.
Aunque eso de que sea la segunda opción cada vez se va desdibujando más, ponerle a su paisano a César Yáñez no es cualquier cosa. El exvocero no sólo conoce el país, también conoce bien a los grupos que conforman Morena; además, la gente lo ubica como el hombre que estuvo a la diestra del líder de la llamada Cuarta Transformación cuando no juntaba más de 20 personas en un mitin, así que saben que de entrada, es fiel y leal, y por si fuera poco, tanto él como Adán son fundadores del movimiento.
No son pocos los que ven al secretario de Gobernación como el más obradorista de los obradoristas, incluso por encima del perfil de la encargada de la CDMX. Dentro de este reforzamiento, por supuesto está el del Presidente, quiere dejar bien protegido a su grupo de paisanos y no a la deriva.
En las próximas semanas, veremos cómo se dejan ir más en apoyo hacia el actual secretario de Gobernación, empezando por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, quien ya ha manifestado en varias ocasiones que está con él y hasta presume su pulsera de “Adán Va”.
En el baúl. En este espacio se lo hemos venido cacareando, los más recientes desplantes y berrinches de Ricardo Monreal —incluido aquello de que en la mañanera no se debe juzgar sin pruebas en el caso de Enrique Peña Nieto— han sido la señal para que toda la caballería morenista se lance a quitarle la coordinación de Morena y la Junta de Coordinación Política del Senado. Los que le quieren poner las “banderillas” son los afines a Claudita y al carnal Marcelo. Y cómo diría Tin Tan: “Un tequila doble antes de que empiecen los trancazos…”.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!