“Ahora con la pandemia no nos fue tan mal, no nos ha ido tan mal”, ésas fueron las palabras del Presidente López Obrador este fin de semana durante un evento en su gira por Michoacán y Colima.
Quizá nadie le dijo que México lleva casi una semana rompiendo récords de muertes y contagios por Covid–19. Y que este fin de semana ya se superaron las 134 mil muertes.
Quizá también nadie le ha dicho que, a mediados de agosto de 2020 –hace casi cinco meses y muy atrás en el camino– México llegó a las 60 mil muertes a consecuencia del virus, un número que las propias autoridades federales, especialmente el criticado doctor Hugo López-Gatell, consideraban que sería catastrófico.
Quizá tampoco alguien le ha comentado que sólo en la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se truena los dedos con cada mañanera, esperando que el Presidente no salga a decir alguna barbaridad y pueda mantener el semáforo en rojo ante la ocupación hospitalaria que está por alcanzar el escenario más crítico, con poco más de nueve mil camas ocupadas.
Quizá menos se han atrevido a decirle que mientras en varias partes del país la población vive auténticas odiseas para conseguir un tanque de oxígeno, y luego de conseguirlo —a precios exorbitantes— tiene que pagar lo inimaginable por llenarlos, su zar anti-Covid andaba de vacaciones en una playa de nuestro país.
Quizá al inquilino de Palacio Nacional no le han avisado que los familiares de enfermos de Covid tienen que viajar a otras entidades para conseguir medicamentos y así poder atender a sus seres queridos en sus propios hogares.
Quizá él vive en otro México, en ése donde nunca le dijeron que el personal médico que se encuentra en la primera línea de fuego lleva semanas denunciando en las redes sociales que está cansado de atender a diario más y más casos, y que la aplicación de la vacuna ha caído en manos de corruptos e influyentes que se la aplican hasta a sus familias… y que esto es una prueba más de que su lucha contra la corrupción, ésa que juró barrer de arriba para abajo, ha sido todo un fracaso.
En el baúl. Si ustedes creían que las acusaciones de abuso sexual, de desvío de recursos y otras artimañas que se han suscitado dentro del proceso electoral en curso, específicamente para renovar las gubernaturas de los estados, vienen de la oposición, se equivocan. Se trata de fuego amigo, propiciado por la inconformidad que dejó el proceso de selección de candidatos. Ahora para “ponerse el pie” Morena no necesita adversarios, el partido es su propia oposición. Por otro lado, fuentes del gobierno capitalino me informan que los trabajos para restablecer el servicio en las líneas afectadas del Metro, tras el incendio en su centro operativo, tardarán al menos dos meses, así que vaya previendo sus viajes de otra manera y con otras rutas.
