El nuevo “PRIAN”

DESDE LAS CLOACAS

El Duende*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
El Duende
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Lo que estamos viendo actualmente es la extensión del PRI. No lo dude ni tantito. Es la calca de lo que, en su momento, ocurrió con el PRD.

Tras la salida de Andrés Manuel López Obrador, en la elección de 2012, el PRD se amotinó en un pequeño grupo de políticos ubicados en la corriente de Los Chuchos.

A partir de ahí, lo que siguió fueron pactos con el partido en el poder, sin importar que las líneas políticas fueran contrarias a la “izquierda” que el partido del sol azteca pregonaba.

Con tal de sobrevivir, allá por diciembre de 2012, el PRD se pegó como tlaconete al PRI y al PAN para impulsar lo que se conoció como el “Pacto por México”, con el que impulsaron una serie de reformas constitucionales propuestas por Enrique Peña Nieto.

Para los que acaban de cumplir 18 años, este pacto es el abuelito de Fuerza y Corazón por México, que llevó a Xóchitl Gálvez a tener una campaña gris por la Presidencia de la República.

El PRD dejó de existir en ese momento, en 2012, aunque oficialmente el INE declararía la pérdida del registro hasta este 2024, cuando, después de una serie de descalabros electorales, al sol azteca no lo votaron ni las abuelas de Los Chuchos. ¡Jajajaja!

Lo que acaba de hacer el PRI del impresentable Alejandro Moreno es básicamente lo mismo: atrincherarse en torno a un grupo político encabezado por Alito y por Rubén Moreira para luego vender —¿caro?— su amor en el Congreso (a ver quién se los compra).

En el PAN no venden piñas. Tras la instalación del Consejo Político responsable de relevar a Marko Cortés en la dirigencia, se espera que el partido dé un vuelco a la ultraderecha yunquista que los caracterizó durante tantos años.

¿Qué quiere decir lo anterior? Que no veremos una renovación ni un aire nuevo en los cuadros del partido, sino que, por el contrario, habrá más de lo mismo, un conservadurismo más recalcitrante.

Lo que pasa en el PRI y el PAN es preocupante. Lejos de renovarse y proponer algo distinto al oficialismo, los partidos de oposición le están pavimentando el camino al partido en el poder para que en el 2027 gane de nuevo una mayoría aplastante en el Congreso.

¿Qué opciones tiene el ciudadano que no está conforme con el actual Gobierno federal? La verdad es que ninguna, con estas camarillas que se han apoderado de las cúpulas partidistas con tal de salvar el pellejo y que, dicho sea de paso, viven de los impuestos, parece que no hay luz al final del túnel.

En el baúl. Fue en los albores de la campaña por la presidencia en 2018. Rosa Icela Rodríguez, fuera del Gobierno capitalino de Miguel Ángel Mancera, presenciaba un mitin en la explanada de la alcaldía Azcapotzalco. Como buena vieja amiga de varios periodistas, saludaba a propios y extraños. Miraba al entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador sin más aspiración que la de ver su triunfo en las urnas. Hoy ha sido designada como la segunda al mando en el próximo Gobierno.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… ¡regresaréeeeeeeee!