¿Pobreza franciscana?

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Hasta el fatídico año 2017, el edificio en la esquina de Xola y Eje Central, en la colonia Narvarte de la alcaldía Benito Juárez, albergó las oficinas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Su relevancia no era nada más por ser la sede de esta dependencia, sino que durante medio siglo fue también icono de la cultura y arquitectura mexicanas.

Hablo del edificio conocido como Centro SCOP, un inmueble que, pese a ser emblema de la ciudad y del país, no cuenta por ahora con un fideicomiso para su rescate y preservación. Esto, pese a ser un legado viviente del lienzo, escultura y arquitectura, de artistas como José Chávez Morado o Juan O’ Gorman.

En 2020, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Jorge Arganis, nombró a su predecesor Javier Jiménez Espriú como el presidente del patronato de restauración del Centro SCOP.

Sin embargo, me cuentan en los pasillos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que encabeza Rogelio Ramírez de la O, que hasta septiembre de 2021 no se contaba aún con algún fideicomiso con dinero para el proyecto de restauración.

Hay que recordar un poco, tras el sismo de 2017 se dañó severamente la estructura del conjunto arquitectónico, y la administración de Enrique Peña Nieto consideró la posibilidad de trasladar los murales al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en las controversiales tierras de Texcoco.

En aquel momento, expertos y especialistas de diversas instituciones, entre ellas el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, rechazaron la idea. Al llegar la Cuarta Transformación al poder y ya cancelado el proyecto de Texcoco, el entonces titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú, dijo que el conjunto y todos sus murales deberían quedarse donde están y ser preservados para crear en esta icónica esquina un Centro Cultural.

Hasta ahora, todo se ha quedado en palabras. En el Sistema de Control y Transparencia de Fideicomisos de la Unidad de Política y Control Presupuestario de Hacienda no existe ningún registro para dicho fideicomiso.

En tanto, parte de la obra —misma que ha sido férreamente defendida por artistas, académicos y vecinos— ha sido retirada poco a poco, luego del sismo de 2017 y está embodegada en las instalaciones del INBAL desde finales de 2018. Aunque otras fuentes me dicen que estos paneles escultóricos, aún permanecen dentro del mismo edificio.

El Instituto Nacional de Bellas Artes está por concluir la declaratoria del Centro SCOP como monumento artístico. Esperemos que así sea, que existan recursos para su recuperación y que no quede como la metáfora de lo que sucede con otros espacios culturales y con otras personas y trabajadores de la administración, que laboran en estos temas, para los que no hay recursos y son víctimas de aquello que en un inicio se llamó austeridad republicana, pero que cada vez se parece más a la pobreza franciscana de la que nos advirtieron.

En el baúl. Me cuentan que en la próxima plenaria de Morena —que se llevará a cabo el 29 y 30 de enero— se va a armar la trifulca con el senador Ricardo Monreal por el tema Veracruz. El ala dura de Morena pedirá su cabeza.

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