Ni los seguros quieren a Pemex

DESDE LAS CLOACAS

El Duende*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
El Duende
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para nadie es un secreto que desde el inicio de la administración del Presidente López Obrador, Petroleos Mexicanos ha estado siempre en el ojo del huracán. La empresa del Estado, todavía a cargo del agrónomo Octavio Romero Oropeza, enfrenta una crisis inminente en su programa de aseguramiento para daños físicos y responsabilidad civil.

Los principales reaseguradores de la compañía están considerando seriamente abandonar el programa debido a la alta frecuencia de incidentes catastróficos recientes.

En los últimos tres años, Pemex ha sufrido importantes siniestros que, literal, han pasado factura y costado a los reaseguradores más de mil 380 millones de dólares, mientras que la filial KOT apenas ha pagado 324 millones de dólares en primas.

El reasegurador líder ha declarado que, bajo las condiciones actuales, no puede continuar ofreciendo cobertura debido a problemas persistentes en el sistema de seguridad de Pemex. Estos problemas han llevado a una frecuencia de eventos catastróficos mucho mayores a los que padece el promedio de la industria, lo que claramente representa un riesgo insostenible.

Para que los reaseguradores reconsideren su participación, exigen —entre otras cosas— una mejora significativa en los procesos de seguridad de Pemex y un aumento drástico en la retención de pérdidas de KOT, que requeriría una capitalización adicional de 200 millones de dólares. Sin esta capitalización, el programa de aseguramiento se volvería totalmente inviable.

Por si algo faltara, en caso de que los reaseguradores decidieran mantenerse, es probable que las primas se tripliquen y la retención de KOT aumente significativamente, lo que podría hacer que el seguro se vuelva insostenible para la empresa del Estado.

Aquí es donde en el equipo técnico de la futura Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se preguntan: ¿Cuáles son los argumentos para la campaña que montó Octavio Romero y su segundo al mando, Marcos Manuel Herrería, para decir que seguirán firmes al frente de Pemex y que van a mantenerse en el cargo con el nuevo Gobierno?

Por cierto que, sobre Herrería pesan acusaciones sobre corrupción y malos manejos dentro de Petróleos Mexicanos, así que no es de sorprenderse que en la próxima administración quieran seguir despachándose con la cuchara grande, a sabiendas de que el sello de la 4T ha sido la impunidad, la falta de transparencia y una sola constante: 90% lealtad, 10% capacidad.

En pocas palabras, y como decía la abuela Dondinéa: “Usted no pregunte quién es el muerto, nomás siga la carreta”.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!