El Presidente Andrés Manuel López Obrador parece buscar un enfrentamiento con el Poder Judicial al volver a asegurar que “se ha caracterizado por la corrupción ya que la mayor parte de sus integrantes no son gente caracterizada por la honestidad, o sea, hablando en plata, no resisten cañonazos, no resisten las tentaciones”.
Ante el silencio de la Suprema Corte y el Consejo de la Judicatura, la única que respondió, horas después, fue la Asociación Nacional de Magistrados y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación, que encabeza Froylán Muñoz Alvarado, quien sostuvo que esas acusaciones atentan contra la independencia de éste, cuyo “único compromiso es salvaguardar la Constitución y los Derechos Humanos de los mexicanos y que, sobre todas las cosas, el Estado de derecho es el camino que garantiza viabilidad de una democracia en la que puede ejercer sus libertades”.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Un más que significativo desaire, no sólo del presidente nacional de su partido sino también de funcionarios públicos del Gobierno de Morena al líder de su bancada en el Senado, Ricardo Monreal, durante la plenaria de esa Cámara, lo que subraya el distanciamiento –o ya abierto rompimiento– con éste, a consecuencia de su aspiración a la candidatura presidencial sin aval de Palacio Nacional ni el mote de “corcholata”.
A la vieja remozada casona de Xicoténcatl, que durante muchos años fuera sede de la Cámara alta, no asistieron el dirigente morenista, Mario Delgado, ni los secretarios de Gobernación ni los que integran el Gabinete de Seguridad, que fueron invitados y a última hora cancelaron su asistencia, como si la cada vez más alarmante violencia e inseguridad que hay en el país, no preocupara.
Mijail Gorbachov, quien fuera el último líder de la URSS, que con su famosa Perestroika intentó sacar del estancamiento a la economía rusa, y con su Glásnost impulsó la transparencia de la burocracia soviética, tachada de opaca y corrupta, y logró permitir críticas al partido gobernante, falleció ayer a los 91 años.
Tal parece que la aparente buena relación entre el simpático y dicharachero embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, con el Presidente de México e integrantes de su gabinete, entró en declive y se enfrió por declaraciones y reclamos que recientemente ha hecho, de que la inseguridad frena inversiones.
A las reiteradas críticas y acusaciones mañaneras, se sumó ayer el canciller Marcelo Ebrard, quien, en la plenaria de Morena en el Senado, en respuesta le preguntó qué hace su país para reducir el tráfico de armas.
“Preocupa” a Cuauhtémoc Cárdenas lo que pasa en el país. ¿Y?